Malena
Es mi libro favorito, no había visto la película porque me parecía que no podía entrar todo el libro en ella, y yo del libro no quitaría una sola palabra, pero he conocido a una chica que también tenía el de Malena como su libro favorito y me ha dejado la película y tengo que reconocer que no me ha decepcionado… porque no esperaba gran cosa de ella.
Me gusta la actriz elegida para Malena, Ariadna Gil, tiene carácter, pero si no hubiese leído el libro me hubiese parecido Fernando un chulo y Agustín otro. A mí me gustan los chulos, en el sentido que me gusta la gente segura, la gente que sabe lo que hace, y por qué lo hace, porque quiere. Que no necesitan ponerse excusas ni más límites que los del respeto al prójimo, pero que no pasan por el qué dirán ni por el qué pasará luego, luego… ya veremos, de momento disfrutamos de lo que tenemos. Me encanta el Agustín del libro, el de la película es un pasota. Odio al Santiago del libro, el de la película no es tan pasivo ni tan “sensible”.
En la película Magda no es nadie, ni el abuelo tampoco, ni su padre, ni siquiera aparece el tío Tomás, ni la abuela roja, en la película no se entiende porqué Malena es como es, ni porqué quiere a Reina de esa manera, ni siquiera se aprecia bien cómo es Reina, aparte de un poco falsa.
En la película faltan muchas de las traiciones de Reina, los argumentos de Reina que convencen a Malena de dejar a Agustín, los que hacen que Malena se convenza para querer a Santiago, los que hacen que siga adelante con su embarazo, falta la complicidad con Fernando, falta que Reina es la niña perfecta, la hija perfecta, la nieta perfecta, mientras que Malena es todo lo contrario, faltan los motivos por los que Malena no quiere ser una niña, por los que cree que sería mejor que fuese un niño.
Yo no veo en la película que Malena sea una mujer fuerte, sólo veo que es ingenua y caprichosa, no veo que Fernando quiera a Malena, ni que Malena esté orgullosa de haber querido a alguien como él, un chulo. Ni siquiera intuyo que su familia está marcada, además de por la sangre de Rodrigo, por las “santas” como su abuela materna.
Y lo más importante de todo, no veo a Malena enamorada, no la veo como alguien desgarrado que no entiende porqué alguien la desprecia así si la quería, sólo veo a alguien de quien se han aprovechado y le han fastidiado su amor de verano.
No me atrevo a decir si la película es mala o buena, porque ya he leído el libro y he entendido y sobreentendido demasiadas cosas, lo único que sé es que el libro es demasiado bueno y complejo como para que se pueda hacer una película con su resumen.
- Llevo muchos años con Germán, no es una relación convencional, pero es… perfecta en muchas cosas. Él hace su vida y yo la mía, pero tenemos un territorio común, un lugar donde hablar, donde contarnos las cosas que pensamos, que sentimos. Estoy enamorada de él, Malena, es la primera vez que me pasa desde que soy adulta. Nos entendemos tan bien que cuando hacemos el amor ni siquiera necesitamos las palabras…
- Deja de decir cursiladas, Reina, por favor.
- ¡no son cursiladas! – chillaba más fuerte de lo que yo había llegado a hacerlo antes, y ya no lloraba, porque mi comentario la había puesto furiosa.- ¡es la verdad! Lo que pasa es que tú no lo entiendes porque nunca has tenido un rollo con un tío así.
- Sensible- dije, con una sonrisa de circunstancias, como si presintiera que ella nunca querría captar mi ironía.
- ¡sí!- gritó ella- Exactamente eso. ¡Sensible!
- no… - asentí, haciendo los cuernos con la mano derecha y buscando desesperadamente algo de madera que no tuviera patas-. Nunca me he liado con un tío sensible, ni falta que hace…
Tuve que levantarme (…) y sólo después de haber sentido que las yemas de los dedos empezaban a desgastárseme de tanto frotarla terminé de explicarme.
- Bastante tengo con haberme casado con uno.
Santiago había escogido esa misma palabra, sensible, para definirse a sí mismo al final del más tortuoso y doliente de loe monólogos que jamás me dedicara, cuando una noche se negó a esperar el final del último acto, y apagó la luz, y me dio la espalda.
- Malena, yo… no sé como explicártelo pero me molesta mucho… No, no quería decir eso, no me molesta sino que me preocupa, me preocupa mucho esta costumbre tuya de no… terminar al mismo tiempo que yo. Ya me imagino que no lo haces aposta, pero creo que todo saldría mejor si pusieras algo… algo más de tu parte, no sé, quiero decir que esto, verte así, es muy descorazonador para mí, no me siento bien, y ya sé que no es culpar mía, ni tuya, todo eso, pero… al principio era distinto, ¿no? Llegábamos a la vez muchas veces, yo… Yo soy un hombre, Malena, una persona sensible pero también un hombre, y todo esto es muy dolorosos para mí.
Cuando terminó, mi cuerpo pesaba tanto como si mis venas estuvieran rellenas de plomo fundido, un metal mate, sin brillo, que hubiera disuelto mi sangre al principio, mientras aún era un torrente de fuego fangoso y grisáceo, para enfriarse luego, muy despacio, en mi interior. Sentí que estaba horadando el colchón, hundiéndome en su detestable blandura, los muelles aplastados, comprimidos, triturados por mi peso, pero me levanté sin dificultad, y caminé con naturalidad hasta el baño, abrí la puerta, me senté sobre la tapa del retrete, apoyé los codos en las rodillas y me asombré de no experimentar ninguna vergüenza, como si hasta el plazo para la vergüenza hubiera expirado ya. Entonces calculé que Fernando habría cumplido treinta años, e intenté imaginármelo, imaginar su vida, cómo iría vestido, dónde trabajaría, qué moto conduciría, cómo follaría su mujer ahora, en Berlín, sabía que vivía allí, por fin hacía aviones, que estaba casado y que tenía una hija, pensaba en él muchas veces, para convencerme de que él también pensaba en mí, de que tenía que pensar en mí de vez en cuando, y me sentaba bien aquella fantasía, pero aquella noche, encerrada en el baño, intenté convencerme deque seguramente Fernando no sería ahora muy distinto de Santiago, o de Ernesto, de la mayoría de los tíos que yo conocía, los hombres con los que me relacionaba en el trabajo, mis alumnos, los amigos de mi marido y los maridos de mis amigas, mucho manso, como le había oído anunciar a sus acompañantes una cuarentona lustrosa, guapa de cara, con la que me había tropezado un par de meses antes en la puerta de un bar, si queréis entramos, pero no hay nada que hacer, miradlos, todos mansos.
Me di cuenta de que había empezado a llorar porque los ojos me picaban. Por mucho que me esforzara en imaginarlo, sabía que Fernando nunca sería un manso, y por eso las lágrimas resbalaban obedientes, acariciando con un gesto tibio mi barbilla. En aquél instante sospeché que tal vez era una privilegiada, que llorar por un hombre como Fernando era un privilegio, y me sentí orgullosa de mi dolor, contemplé con soberbia mis heridas, toda la sangre que había derramado para seguir teniendo el cuerpo lleno de sangre, y ya no compadecí más a mi madre, ni volví a compadecerme más a mí misma. A cambio, mientras Reina me hablaba de la calidad de los hombres sensibles, me compadecí profundamente de ella, como no lo había hecho desde que ambas habíamos dejado de ser niñas.
(...) Entonces comprendí que el sexo no es mas que la patria, la belleza o la estatura. Puro accidente.
(…) sólo entonces descubrí que ser una mujer es tener piel de mujer, dos cromosomas X y la capacidad de concebir y alimentar a las crías que engendra el macho de la especia. Y nada más, porque todo lo demás es cultura.
Almudena Grandes, Malena es un nombre de tango, fábula, tusquets, pág 392-394.
10 comentarios
Miyinalouzo -
Pavoguze -
chicacuba -
estrella fugaz -
Rake: a mí me encanta, de hecho estoy volviendo a leerlo por enésima vez en 2 años.
Alba: ya, hay libros que no nos llaman, y no nos llaman, ¡qué se le va a hacer!
Su: ya ;), la verdad es que la peli no llama la atención.
Pikifiore: ¡me alegro de que te gustase!!!!!
Rubí: el problema es que intentaron hacer la peli parecida, de hecho guardaron algunos diálogos iguales, pero no estaba bien explicada, o la hacían más parecida todavía o la cambiaban más, pero así no está bien
Rubí -
Y en cuanto a la película, tal vez los actores que interpretaron a los personajes, no leyeron el libro; solo el guión que les dió el director. O quizás lo sintieron de ese modo.:)
Pikifiore -
Un beso
Su -
A mí la película me decepcionó por muchas cosas, pero la más importante... no transmitía hasta qué punto estaba Malena enamorada de Fernando.
Hablando de ella, me apetece volver a verla. La ví hace años, mucho antes de leer el libro creo, y en su momento me gustó, pero desde luego, poco tiene que ver con la historia del libro.
Buenos días!!
Alba -
Un besito guapa
Rake -
LAPUNYALITOS -
Pero tu habías cerrado el blog hace un tiempo no???
Bueno, o me parecía a mi, ahora te volveré a leer, besos!