una amiga
Entre las personas que quedamos por aquí tengo una amiga a la que le tengo un cariño muy especial, y es que me recuerda mucho a cómo era yo, en relación a los estudios, hace 3 años, cuando tenía la edad que ella tiene ahora.
Hace 3 años yo acababa de pasar por el peor año dentro de la escuela, era el primer año que me iba mal, los primeros años me había ido muy bien, pese a que ya había empezado a somatizar el estrés y a tener alguna época mala. Pero en el primer cuatrimestre de hace 3 años lo pasé fatal, me sentaba a estudiar y no me concentraba, y en vez de irme un rato a descansar, me sentía obligada a seguir sentada hasta que todo me saliese, con lo cual, sin descansos, no había manera de que eso saliese bien por ningún lado. Si salía el fin de semana de fiesta, a eso de las 2, hora a la que empezaba a notar notar el cansacio, me empezaba a aburrir y a sentirme mal pensando que debería de irme a dormir para levantarme pronto a estudiar al día siguiente, con lo cual me iba, me levantaba al día siguiente pronto, y me ponía a intentar estudiar sin conseguirlo, porque mi mente no había parado un momento de pensar en todos los problemas que tenía que hacer.
Algo después empecé a estudiar sintiéndome muy tonta, porque en el momento que una cosa no me salía a la primera me echaba a llorar, llegando una vez a escapárseme las lágrimas en la sala de estudio de mi escuela. Al final esas asignaturas las fui sacando como pude, pero ya nadie me va a quitar esa inseguridad. Empecé a ponerme histérica para ir a los exámenes, yo, que antes me tomaba una cocacola antes de ir para hacer los cálculos deprisa, para estar algo nerviosa, lo justo para hacer las cosas más rápido. Lo pasé muy mal, no sabía cómo enfrentarme a ese problema, porque nunca antes lo había tenido así de gordo, porque eran cosas que nunca creí que me fuesen a pasar, yo, yendo nerviosa a un examen.
Odiaba mi vida, odiaba mi escuela, odiaba mis estudios, y me harté de fantasear con la idea de cambiarme, llegando incluso a medio ponerla en práctica, pero al final aquí sigo. Pasé un par de años horribles y ahora soy como soy por culpa de ellos. Ahora en el menor momento en que no me concentro no me dejo llegar al punto donde me siento idiota, me levanto y me pongo a hacer cualquier otra cosa, ahora no le dedico demasiado tiempo a los estudios, y, sorprendentemente, me va muchísimo mejor, porque me pongo menos nerviosa.
Y la veo a ella, que está como yo hace 3 años, y la veo que no para de estudiar, hasta 12 horas al día, y veo que se va a cansar, que ya se está cansando, que no le salen los exámenes como quiere, ni como se merece para tantas horas de esfuerzo. Y espero que dentro de unos años no esté como yo, porque soy consciente de que no hago lo correcto, pero se está cansando, pero, eso sí, espero que no se esté rindiendo.
3 comentarios
estrella fugaz -
A mí me da miedo lo de la tila, porque yo me duermo en cualquier sitio, por eso no sé qué hacer, mi cuerpo no está preparado para el estrés...
Sara: me he pasado por tu blog ;)
Sara -
Yo también lo pasé así. Mi cruz fueron las prácticas, bueno, y son. Creo que entramos en un circulo del que no se puede salir... Yo también aprendí a sobrellevarlo, pero al principio me hinchaba a Valerianas (todo placebo claro, pero parece que funcionó). Después llegó el momento de "quitarme", y lo conseguí.
Aún sigo teniendo que sufrir los agobios infernales, pero procuro juntarme con la gente adecuada que hace que no lleguen hasta el final...
Cora -
Yo en la universidad no pasé por una situación así, pero mi cruz particular vino con el práctico de conducir. Cada día llegaba a la práctica empeñada en esforzarme para no cometer errores ese día, y cuanto más me obsesionaba, más pronto metía la pata, y cuanto antes la metía, más errores cometía a lo largo del recorrido...Creo que batí el record de prácticas de la autoescuela, y pasé de no haber probado una tila en la vida a prácticamente hacerme inmune a sus efectos...
Sobre tu amiga, no sé qué aconsejarte, aparte de que estés ahí para apoyarla. Si sabe que tú has pasado por lo mismo, probablemente la entenderás mejor que nadie...y con un poco de suerte, tal vez se dé cuenta por sí misma de que cuando afloje un poco y se autoexija menos le empieza a ir mejor...