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Hace tiempo que no escribo, y es que siempre se me ocurren cosas cuando no me puedo poner a escribir, y encima, por si ya tuviese poco con mi autocensura, ahora me da vergüenza que alguien del trabajo se pueda enterar, en un momento dado, que tengo un blog, así qu eno sé qué poner, me da mucha pereza, y no quiero mirar ni el mail en el curro por si tengo un mail con comentarios (lo cual se pelea con la ilusión que me hace abrir el mail y leer un comentario)

Pues en eso estoy, en mis contradicciones, así que puede que no escriba en unos cuantos días más (pero no demasiados, que ya tengo ganas de sentarme un día con el tiempo para ponerme a leer y escribir durante muchas horas)

¿por qué te arriesgarías?

- Me he peleado mil veces por intentar conseguir algo que mejore mi vida, que la cambie, y ahora no sé si ha merecido la pena y no sé por dónde seguir, me indigno por las cosas que no me parecen bien, pero a veces creo que me he acomodado, que hay cosas que ya las acepto malas como son, y que no lucho lo suficiente, hay cosas que no salen, otras que sí... ¿Por qué arriesgarías tú tu vida? Y no me refiero a arriesgarla físicamente, sino a arriesgar la vida más o menos cómoda que tienes hoy, tu rutina, algo que te trastocase tu forma de vivir, que pudiese hacerte perder algo, ¿por qué te arriesgarías? 

- Pues por la libertad, por la justicia, por los derechos de la gente, por la igualdad...

- Supongo que te refieres a la libertad de los pueblos, de los países, de la gente para elegir a su presidente, por ejemplo.

- Sí, claro.

- Eso es lo que te haría moverte para pelearte por algo, son las cosas que te parecen lo suficientemente dignas como para moverte por ellas.

- Sí.

- Es que creo que igual a veces hemos perdido las dimensiones, y me parece una pena. La gente quiere luchar por unos valores enormes que, aparte de que esas injusticias son las que más cuesta cambiar, y aparte de que al final es por las que menos luchas, porque en esta sociedad del bienestar parece que nos quedan lejos, le hacen no pararse a mirar si eso se puede aplicar a su pequeña vida. Si su libertad está impedida por los padres, la novia o el jefe. Si sus conocidos les piden cosas injustas, si la gente no le acepta como es.

Es muy bonito llenarse la boca con lo que uno lucharía por cambiar el mundo, pero como no está al alcance de la mano... y luego las cosas que sí lo están aceptarlas, no vaya a ser que si de verdad te arriesgas a pelear por algo pierdas otra cosa.

Yo he peleado por tener una vida independiente de la de mis padres, en algunas cosas lo he conseguido, en otras sólo me he llevado broncas e incomprensiones. He peleado por tener una vida sexual que ellos no me tenían que coartar, por tener unos estudios u otros, por vivir en una ciudad distinta, por tener mi independencia económica, o por tener un novio que no les gustase.

He pasado por 5 tipos de trabajo distintos para irme buscando la vida y ver que podía hacer cosas, en vez de quedarme tranquila y relajada en casa, viendo la tele.

He cambiado un par de veces de ciudad y me he ha hecho sentir sola algunas temporadas, pero he conocido lugares y sobre todo gente genial que han hecho que cualquier esfuerzo mereciese la pena.

Y veo que he conseguido una vida que me gusta, mucho, salvo por un detalle, que todas esas cosas por las que he luchado durante toda mi vida parecen insignificantes, no sólo cuando se comparan con esa libertad de los pueblos, esas Justicia e Igualdad con mayúsculas, sino sobre todo cuando veo que estando a tu lado, que no eres capaz de luchar por esas cosas "pequeñas" de tu vida que dices que te molestan tanto, que son las que realmente te podrían dar la felicidad, lo único que he conseguido es cortar tanto mi libertad que ahora sí que me planteo si mereció la pena tanto esfuerzo de adolescente para esto. Y lo peor es que sé que sí, que lo mereció, así que igual tengo que luchar todavía un poco más, a mis 26 años, para echar lastres.

mi propósito de año nuevo

Escribiendo y releyendo el post de ayer me di cuenta de cuál es mi propósito de año nuevo, lo que me hizo empezó por hacerme sentir bien, algo por lo que luchar, pero se convirtió pronto en una emoción negativa.

Mi propósito es tener momentos eléctricos, encontrar ocasiones que se conviertan en esas noches en las que el aire es más denso de lo normal, y la pregunta que me surgió fue ¿con quién? ¿quieres esas sensaciones con una persona en concreto? ¿con varias? ¿con alguien conocido? ¿desconocido?

Y la respuesta es que no tengo respuesta, no sé si las quiero con una persona concreta y conocida o con cualquier persona/s que pueda/n aparecer. Hasta hace sólo un par de días sí tenía respuesta a esas preguntas, y por supuestísimo no era Rafa. 

A lo mejor, las encuentro en unos días, igual que he encontrado el propósito con 13 días de retraso, pero no estoy tan segura de querer encontrarlas, ¿y si no me gustan?.

faltan ilusiones

Este año no he hecho propósitos de año nuevo, y eso es lo de menos, porque no los suelo hacer, yo los hago en septiembre, tras los exámenes, con el nuevo curso en mente, pero este año no los hice, me iba bien con lo que tenía, y sí que tenía un propósito en mente, aunque sin denominarlo tal. Fue el que finalmente no salió, yo me lo curré, pero él no, o no tanto (esto lo digo por hacerme ilusiones, no porque crea que algo sí se lo curró)

Y ahora con el año nuevo tampoco me he hecho ningún propósito, y me he dado cuenta de que aunque no los necesite sí que necesito ilusiones, algo que me motive para lo que viene, y no lo tengo, porque lo último salió mal, y he pedido que los Reyes me trajesen uno nuevo, pero me han comprado bisutería (¿para qué quiero yo bisutería?, ni aunque fuesen joyas, yo de eso casi no uso) y se han olvidado del regalo que les iba a salir gratis, del que estaba hecho de nubes, del  que sí era necesario, de los que sí que uso, y así estoy yo ahora, intentado inventarme planes que me ilusionen, pero no los encuentro.

vínculos emocionales sólidos

Creo que vivimos en una sociedad con mucho estrés y que eso afecta a nuestras relaciones personales. El hecho de que todo el mundo trabaje, haya pasado por varios trabajos, varias ciudades, haya vivido en unos cuantos barrios distintos, hace que conozcamos muchas cosas, mucha gente, pero pasajera y nos cueste asumir relaciones personales duraderas. No creemos en el amor eterno, hemos perdido de vista a un montón de amigos, no vemos mucho a un gran puñado de familiares, y eso se resiente en la forma en la que formamos nuestros vínculos emocionales.

Pues no, eso deben de ser pamplinas, porque resulta que hoy en día, con el mundo estresado en el que vivimos, con una competencia feroz en todos los ámbitos establecemos vínculos emocionales muy sólidos, lo que pasa es que yo no iba por el buen camino al imaginar con quién, y es que resulta que ese vínculo lo asentamos ¡con las marcas de cereales!

Lo leí el otro día en un artículo del periódico sobre la propaganda en época de crisis, sus truquillos para que no sustituyamos su producto por otro más barato y de parecida (o igual) calidad. Y el truco de una marca de cereales es que establezcamos vínculos emocionales sólidos con ellos.

Bueno, hombre, no me cuesta ya bastante pensar que estoy bien con Manuel en vez de darme a mi tendencia de que hay que acabar esto cuanto antes por una pequeña divergencia de opiniones. Y me cuesta intentar controlarme y pensar en que hay muchas cosas que están bien en lugar de hacer lo mío, tomar decisiones drásticas y rápidas en momentos como éstos, pero lo que no voy ni a intentar es mantenerme fiel a una marca, si con que lleve lo mismo que la de al lado prefiero la más barata.

Pero no sé porqué me da que por el mundo hay suelta gente que le va a ser fiel a sus Kellogs hasta la muerte, que al fin y al cabo de novio se puede cambiar cada dos por tres, pero tus cereales... y me acuerdo del "yo sin gaseosa no como", de cuando éramos pequeños, y del "me quedo con XXX detergente aunque me des tres del otro", y la propaganda es siempre la misma, el caso es querer más a tus marcas que a tus padres.

Que mundo tan loco éste.

perder a los amigos

Miniña, mi amiga, a la que adoro, la que siempre está ahí cuando la necesito, la que sabe que puede contar conmigo para lo que quiera, y yo que puedo contar con ella para los momentos malos y para los buenos, que me respeta, me admira y me quiere, a la que sé que le puedo contar todo, decía el otro día que había que tener hijos porque los amigos al final desaparecen y los lazos de sangre (o de adopción) son lo único que queda.

Y no supe qué decir, me dejó muda, y dolorida. Yo que creo que la familia importante es la que tú creas, sea la tuya por sangre o la encontrases en la calle, que tengo unas amigas maravillosas a las que quiero un montón y que sé que puedo confiar en ellas y ellas en mí, que una de ellas, la mejor, con la que tengo la mejor relación desde hace más tiempo, me diga ahora que la amistad se acaba, que no va a ningún lado, que no sirve para nada... estoy a punto de echarme a llorar escribiéndolo, no puedo describir lo que sentí cuando lo oía.

Mi familia no me apoya ni la cuarta parte que mis amigos, no me comprenden, la mejor parte de mi familia sólo me exige, me "aconseja" y me grita, eso sí, después me dice que me quiere mucho y que todo lo hace por mi bien.

Pero mis amigas con toda la intención del mundo de hacer muchas cosas por mi bien las hacen por mi bien de verdad, no por el bien que a ellas les gustaría.

Sé que Miniña está pasando por un mal momento, lleva un tiempo alternando días buenos con malos, con muy malos, me duele mucho oírla decir que que tiene miedo de todo y que no sabe cómo levantar cabeza, sin poderle dar yo nada más valioso que mi compañía, intentando encontrar las palabras de apoyo más adecuadas al momento, pero el dolor que sentí el otro día cuando dijo eso no lo puedo describir, ahora mismo se me está atravesando en la garganta.

suertes y desgracias

Me fastidia creer en la suerte, porque me acuerdo de todos esos que te dicen, cuando algo te sale bien, que qué suerte tienes, aunque te hayan visto currando temporadas de 14h diarias lo más que llegan a decirte, en el mejor de los casos, es que eres muy trabajadora, lo que significa que tienes mucha suerte de que al repartir las virtudes te diesen la de trabajadora y sacrificada, que a ellos les tocó ser vagos, y que, aunque se estén todo el día de fiesta, han tenido muy mala suerte, porque no les guste nada trabajar.

A mí en cambio trabajar me encanta, y odio salir de fiesta, ¡no te jode!.

Y por eso no me gusta nada hablar de la suerte que tiene alguien y de la mala que tengo yo, porque creo que salvo raras excepciones, que siempre hay algo que te toca de verdad, la suerte se busca, se encuentra y se gana. Y siempre nos gusta creer que nos lo merecemos el doble que los demás, porque su sudor a nosotros no nos ha costado ningún esfuerzo, pero es que llevo unos días mordiéndome las uñas, y la lengua: uno de mis proyectos a corto plazo no acaba de confirmarse (a ver si este fin de semana, o la que viene, que todavía no ha vencido el plazo que le di en un principio), y no sólo lo he buscado, lo he deseado y he peleado por ello, sino que me hace una ilusión tremenda, y veo que una amiga mía, de ésas a las que les gusta decir lo de que qué trabajadora eres, tiene un proyecto parecido, en el que no le hace mucha ilusión meterse, y para el que no ha currado nada, y ya le ha salido, lo ha conseguido, y pese a saber que no me cambiaría con ella por nada del mundo (porque sinceramente creo que, además de no hacerle ilusión, se está jugando mucho más que demasiado y con todos los papeles de perder), me da rabia pensar que aunque a veces pelees con todas tus fuerzas por algo, no siempre tiene porqué salirte, que hay veces en las que la suerte existe, ya sea buena o mala, ya sea para mí o los demás, que ya digo que en este caso no tengo tan claro si la peor es la mía.

desvaneciéndome

Últimamente escribo menos, mucho menos, este mes casi se queda vacío, y los anteriores tampoco fueron espectaculares. Me apetece escribir, me apetece contar cosas, pero no sé el qué, como si mi vida no tuviese nada especial, no siento que mi blog le vaya a resultar interesante a nadie. Claro está que podría inventarme historias, exprimir la imaginación, pero, aparte de la pereza que me da, si fuese a hacer eso siempre a partir de ahora cambiaría de blog, y no quiero, aquí hay gente que me gusta, pero aún así no paso nada por aquí.
Y pienso en encontrar de dónde sale todo esto, el que no me ponga a escribir, el que no me ponga a leer, y no sé qué conclusión sacar.
A veces pienso que mi vida es menos interesante, más monótona, pero si eso fuese verdad sería extraño, porque esas cosas no me gustan, y últimamente estoy muy feliz, así que no me convence esa explicación.
Otras pienso que es todo lo contrario, que me paso el día haciendo cosas distintas, compaginando varios y diversos estudios con varios trabajos, con varios grupos de amigos, con familiares con varios problemas... y entiendo que no me dé tiempo a sentarme ni un minuto, pero luego tampoco me lo creo, estoy liada, estoy haciendo muchas cosas, pero tampoco es algo insufrible.
Luego pienso que casi todo lo hablo con Manuel y no necesito dar rienda suelta a mis pensamientos aquí, para darle más vueltas al mismo tema, aunque realmente hay cosas que no le cuento, ésas pertenecen en su mayoría a mí misma, y tampoco las escribiría aquí.
Luego pienso que es porque estoy viviendo más, y reflexionando menos, las cosas pasan, me siento a gusto, ¿para qué hacer una disertación de 40 líneas sobre ello?
Pero luego hay momentos que lo echo de menos, escribir por amor al arte, leer otras artes, que me lean y me escriban...
Y ahí estoy, que un día digo que me pongo, al siguiente se me olvida, al otro no me apetece, y luego no sé qué contar.

¿subversión?

I wanna be sedated, The Ramones

Una clase estupenda, con un comentario maravilloso sobre un texto que contenía una crítica genial. La profesora sigue explicando la crítica algo escondida y habla de la intemporalidad de las críticas al sistema, a los estados, y a la religión, y empieza haciendo la comparación con lo que tenemos hoy en día, con lo absurdo que es que la iglesia condene unas cosas que al mismo tiempo se parecen mucho a lo que nos quieren hacer creer, y durante estas frases se va quedando cortada y dice: "no quiero ser subversiva, pero hay que fijarse en que..." y sigue con su comentario pero ya poniendo sus palabras en boca del autor del texto, es decir, deja de lado su comentario para volver a la crítica que hace el texto de la iglesia.

Y yo me pregunto, ¿por qué a día de hoy, en un país laico, en una universidad pública, una profesora más que cuerda y buena no se atreve a emitir una crítica objetiva sobre la iglesia católica por si alguien se lo toma a mal? ¿por qué hoy, que aparentemente no hay censura, caricaturas del jueves aparte, nos da miedo decir ciertas cosas? ¿por ofender a alguien? Entonces que no estudien literatura, porque los libros críticos y más interesantes de cada época, están llenos de cosas que ofenden a gente, de hecho si no nos han llegado más es porque muchos fueron censurados, y no se puede pretender que se expliquen obviando esas ideas subversivas, ¿dónde estaría la gracia si no?. Entonces que no estudien historia, porque está repleta de actos que se hicieron en contra de la iglesia. Y que no estudien ni ciencia ni medicina ni tecnología, no vaya a ser que las teorías del universo que defendió la iglesia estén en contra de lo que hoy en día sabemos, y a nadie se le puede ocurrir defender la condena de Copérnico o de Galileo por mucho que la hiciese la iglesia en nombre de Dios.

Y es que me da rabia que, quitando una conferencia sobre un tema concreto, o un discurso de algo ya claramente definido, no se pueda hablar en un sitio en el que todo el mundo podría estar presente de algo que critique a la iglesia católica o que defienda el ateísmo. Si sale una obra de teatro crítica los católicos se ofenden y la jerarquía habla en su contra e intenta prohibir su representación. Si es una película la gente escribe cartas a los periódicos para decir que cómo echan algo así para niños. No creo que nadie tenga derecho a ofenderse porque alguien opine algo contrario a tus ideas y lo justifique, con textos, o con hechos pasados, yo por lo menos no me ofendo porque haya gente católica que vaya a misa (función que se representa todos los días en todos los pueblos de España), o que crea en Dios, o que haya pelis como La pasión de cristo, si no quiero no la voy a ver, o si la voy a ver y me equivoco luego puedo decir que no me gustó, pero no me creo con derecho a que prohiban las cosas que no me gustan.

Con lo cual que una profesora, con sueldo del estado, remarque las diferencias entre lo que la iglesia hace y lo que predica no me parece más grave que estar pagando a curas católicos, o musulmanes en el caso de que los pagásemos, con los impuestos que yo declaro en un país laico. Y me da rabia que la primera, la objetiva, la que me tiene que enseñar historia y literatura, la que ha demostrado sus conocimientos en una oposición pública, se corte y el segundo no.

consejos de amiga

 

Electronic renaissance, Belle & Sebastian 

¿Qué hay que hacer cuando una amiga te llama para decirte que está un poco cansada de su novio? Que no le apetece verle, que no está a gusto, que no le hace ilusión…

Yo, para mí, tengo bastante clara la respuesta, siempre que he estado en esa situación a la relación le quedaban aproximadamente dos meses de vida. Sólo una vez, después de la relación más larga de mi vida, del único chico con el que salí estando realmente enamorada de él, volví a intentar que la relación funcionase, porque le quería muchísimo, porque me sentía fatal por no estar ya enamorada, porque quería estar con él y no quería perderle… y fue horrible, una agonía lenta y dolorosa. Cuando estaba a gusto, mal, porque no estaba tan a gusto como antes, porque ya no sentía lo mismo y era lo que quería sentir. Cuando estaba a disgusto era peor, me sacaba de quicio cualquier manía suya o cualquier comentario que me pareciese inapropiado en lo más mínimo, y a veces, bastantes, acabábamos discutiendo.

Y lo pasé muy mal, pero luego la vida vuelve a ser genial, y afortunadamente no me arrepiento mucho de tomar este tipo de decisiones porque sé que en ese momento era la única solución adecuada.

Pero no puedo decirle esto a una amiga que lleva varios años con un chico genial, que ella sabe que es genial, y sobre todo cuando ella está diciendo que está segura de que se va a arrepentir en el momento que pase unos días de tranquilidad por haber tomado una decisión así, y por lo que la conozco sé que se arrepentirá. Es muy parecida a mí, en casi todo, menos en que a mí no me suele gustar tener pareja estable, cuando la tengo la aprovecho, y a ella, aunque le gusten los rollos y cuando los tenga los aproveche, le gusta tener pareja.

Con esto no estoy diciendo que sea una persona dependiente, nada más lejos de la realidad, si fuese así a lo mejor tendría claro que decirle, algo tipo hay que aprender a estar sola. O si su novio fuese alguien… de algún modo inapropiado, pero es perfecto, y ella lo sabe, simplemente no está ilusionada.

A mí mis principios me dicen que si no estoy ilusionada en una relación es el momento de dejarlo, que querer a alguien está muy bien, y para una relación es imprescindible, pero si esa persona con la que estoy no me hace desear estar con ella cuando no la puedo ver, o estar encantada cuando estoy con ella, pues probablemente no sea la persona con la que quiero estar toda la vida.

Sé que en las relaciones hay etapas, hay etapas más intensas y otras más tranquilas, pero aunque estés en un momento malo con tu pareja tienes que saber, a pesar de las dudas y los problemas, que quieres seguir con ella. Pero ¿quién soy yo para decirle a mi amiga lo que debe hacer? Ella ha superado algunas etapas que igual a mí me hubiesen parecido insuperables, y ha tenido varias relaciones más largas que todas las mías sumadas.

Evidentemente no le tendría que decir nada, sólo hay que dar consejos cuando tienes claro qué decir, y eso es lo que estoy haciendo, callarme, pero creo que ella quiere oír algo. Ese algo podrían ser palabras de comprensión y ni una sola insinuación a que pueda estar loca por dejar una relación genial en la que ya no está a gusto, y yo lo comprendo, tuve una relación que fue perfecta a los ojos de todo el mundo y a mí sólo me hizo daño, aunque también me dejó con unas enseñanzas que ni en toda la vida podría pagar, y cuando lo dejaba sólo recibía reproches hasta de parte de mis propios amigos. Pero es que también podría querer que alguien le diese ánimos para pasar esta mala racha y seguir con él el resto de su vida.

voto útil

Born to run, Bruce Springsteen 

Me da rabia que hasta tenga nombre, voto útil, porque yo lo practico, no porque quiera que me gobierne un partido con mayoría absoluta, de hecho prefiero una coalición, que todos opinen con derecho a elegir, y que a nadie se le suba a la cabeza el poder (¿por qué me estaré acordando ahora mismo de Ánsar si él ya tenía subido el ego de antes?), pero si quiero que mi voto tenga posibilidades de verse reflejado en un escaño no me queda más remedio que votar a mi segundo partido favorito.

Quiero votar a IU pero resulta que en mi provincia nunca han sacado un escaño, y lo último que me gustaría ver el 9-M es que el PP ha ganado, lo último que quiero es que ese partido gobierne, desgraciadamente ya lo hizo 8 años y tengo bastantes cosas que criticarles, así que espero que tarden todavía mucho en ganar otra vez.

Pero eso también me da rabia, porque aunque soy de izquierdas convencida, lo soy principalmente por las medidas sociales, lo que conlleva las económicas, pero me gustaría vivir en un país en que la derecha no fuese asociada a la iglesia, ni al franquismo, ni llevase a aquilinos polainas al congreso (o al senado, no me acuerdo) a insultarme, a mí y a mis padres. Me gustaría que aunque no fuesen el partido de mis sueños, que al fin y al cabo ninguno lo son, no estuviesen en lo más opuesto que se me ocurre (en los que lo son todavía más prefiero no pensar) Me gustaría tener más partidos donde elegir, me gustaría poderme plantear alguna vez si votar a la derecha porque tengan una persona o un equipo que me guste, y no me parezcan racistas, ni homófobos, pero me temo que me queda mucho para eso. Y no puedo ni siquiera votar al partido que prefiero, me tengo que conformar con la única posibilidad que tengo de hacer algo.

Así que me quedaré con un regusto un poco desagradable el día que elija mi voto, y cruzando los dedos.

reciprocidad

Desolado, Pastora

Me gusta creer que la bondad genera bondad, que si yo soy buena con la gente tengo más posibilidades de recibir cosas buenas de los demás, me gusta creer en la bondad natural, en la bondad ajena, me gusta confiar en los demás y que confíen en mí, y habré dicho unas cuantas veces que prefiero que me engañen a no poder vivir con la sospecha de que lo están haciendo, eso sí, en general me engañan una vez, no más, digo en general porque en la familia vuelvo a confiar al cabo de un tiempo y vuelvo a salir escaldada.

Todo lo anterior lo creo por fe, como quien cree en un dios, porque me parece bonito, porque me parece justo, pero también porque yo sí actúo así, no soy especialmente detallista, pero no voy a hacerle putadas a nadie porque no me parece bien, no me gusta dar problemas porque me gusta la gente cómoda, y si alguien confía en mí me daría mucha vergüenza defraudarle.

Pero por mucho que me guste creer en el tantra y en la reciprocidad de sentimientos y relaciones no es así, hay mucha gente que va a aprovechar que le des la mano para coger el brazo, que aunque tú lleves con discreción sus secretos va a contar los tuyos o aprovecharse de conocerlos, que va a hacer lo contrario de lo que dice, o le gusta lo contrario de lo que pide, hay gente que dirá que todo lo hace por tu bien, que lo que más quiere en el mundo es tu felicidad y que será la gente que más daño te haga, aunque no sea por voluntad por lo menos sí es así por omisión, y eso también es pecado y también es delito, y se puede pasar por alto una vez y unas cuantas, pero cuando nunca te piden perdón y encima te hacen sentirte culpable llega un momento que uno se cansa.

Y es que yo con esas reglas no sé jugar, así que me temo que tengo que volver a mis tiempos de insensibilidad adolescente, donde no me dejaba sentir para que no pudiesen hacerme daño, lo triste es que hoy en día no son los chicos los que me dan miedo.

la familia, siempre ahí

Always drunk, Sexy Sadie

Comida familiar, varios comensales, conversación "animada", con sus discusiones, sus voces, bajas la cabeza y te pones a comer con el pensamiento de "si no hablo, si no se me escucha, igual no se me ve", con esa misma creencia intentas también no oír, no escuchar los argumentos de cada uno, evitar el riesgo de que te apetezca dar tu opinión sobre algún tema y destacarte del decorado mesa-silla-plato.

Ya sabes lo que pasa cuando la das, necesitas tres intentos para poder decir más de una palabra sin que alguien hable y luego, en el cuarto, sólo llegas a decir dos y te callas, por aburrimiento, porque además te van a decir luego que no dejas hablar a nadie, que les estás interrumpiendo.

Mejor no hablar, aunque te hayas pasado la vida oyendo que quieren saber de tu vida, de tus emociones y pensamientos, aunque en algún momento te lo creyeses ahora sabes que no es así, que contándolo sólo has conseguido enseñarles puntos débiles, nunca que esa confianza que tenías en ellos cuando se los contabas haya crecido recíprocamente.

Además, si no escuchas, tienes menos posibilidades de saber qué piensan, de sentir simpatía o compasión por alguno de ellos, y así, igual, cuando te hayas pasado días buscando regalos que les gusten a cada uno y tú no sólo recibas el peor regalo, el menos impersonal, el que se compra por compromiso, sino que a los dos días crean que tus regalos, los que les gustaron, los hizo otro, no te dé tanta rabia y pena, o cuando te empiecen a decir lo que deberías hacer o cómo deberías ser, no acabes llorando y defendiéndote impulsivamente, sino que quizás puedas salir airosa con una frase reflexiva y pensar que tu amigos, tu verdadera familia, los que te han elegido, sí te apoyan y te quieren tal y como eres.

navidad, navidad, **** navidad

La chispa adecuada, Héroes del Silencio 

Bueno, ya pasó la navidad, no las vacaciones pero sí el día, no tan deprisa como a mí me hubiese gustado, ni tan felizmente, pero pasado está.

La verdad es que odio la Navidad, y ya sé que eso no es nada raro, lo que sí lo es es que la odie desde antes de los 12 años. Me toca pasarla en casa, o sí o sí, y prefiero la menor cantidad de gente posible. En general de pequeña no me gustaban mucho las vacaciones, porque me aburría todo el día en casa, porque no veía mucho la tele, porque echaba de menos a mis amigas... y siempre las que menos me gustaron fueron las de navidad. Ahora tampoco es que me gusten mucho las vacaciones, por eso de que clases no tengo, pero que estudiar sí, y es mucho peor, y además tengo que fichar en casa de mis padres, da igual que 10 días antes me apeteciese ir a verlos y fuese, según tenga vacaciones tengo que volver a ir.

Pero las de Navidad son horribles, no quiero dar detalles, pero para mí lo son. De hecho no las suelo felicitar más que a alguna gente  por compromiso, pero lo que sí que felicito es el año, al fin y al cabo pasar un día feliz está bien, pero no es para tanto, eso sí, un año entero bueno es genial, así que por si no puedo pasar antes de fin de año ¡feliz año nuevo!

quedarse sola

Me quedaré solo, Amistades Peligrosas (hay que ver lo que escuchaba yo de pequeña) 

(El próximo día pongo la cadena de Luna, pero hoy tenía que escribir esto)

La verdad es que, no hoy, pero sí en un futuro, me gustaría vivir con mi pareja y pensar de vez en cuando que pueda ser para toda la vida. Me gustaría que todavía pasase un tiempo, unos años, vivir antes por mi cuenta, totalmente independizada, e incluso trabajar por lo menos varios meses en el extranjero. Aunque supongo que lo del cuándo tampoco es algo que se decida con antelación, sino que igual en algún momento me apetece, y ya veremos cuándo llega ese momento y con quién.

Pero por lo que sí que no paso es por intentar convencerme a mí misma de que todas mis relaciones son la buena, la definitiva, y obligarme a que así sea, y mucho menos por el mero aliciente de no quedarme sola en un futuro. No creo en el dicho de que se va a pasar el arroz o de que ser soltera es ser solterona, y mucho menos que voy a vestir santos, para algo tenía que servir ser atea.

Sí creo que se pueden desperdiciar oportunidades, fastidiar una relación por algo que a la larga pueda ser una tontería, y arrepentirse de algunas cosas hechas, pero tampoco es algo que crea haber hecho. Me encantaría poder decir que en algún momento de mi vida encontré a una persona genial con quien fastidié la más bonita historia de amor jamás contada, pero no ha sido así. Las relaciones que he tenido siempre se han acabado por unos motivos razonados y por otros irrazonables, había problemas, les guardaba cariño pero no más que a cualquier otro amigo o persona con la que había compartido tiempo e ilusiones, o dejaron de atraerme sexualmente, y para eso ya tengo también amigos.

No voy a estar en una relación de la que sólo tengo dudas, que ya no me hace ilusión, que ya no me hace más feliz que estar yo sola, sólo por el miedo a no volver a encontrar una persona así. De hecho es que no quiero estar con una persona así, quiero estar con alguien que sí que me haga ilusión.

No estoy segura de encontrar a esa persona alguna vez, estoy bastante más convencida de no conformarme con sucedáneos y rutina aburrida, pero puede que alguna vez esté con alguien y no se me pase la ilusión en un tiempo, me encantaría, pero me resulta difícil de creer, como dice de vez en cuando alguna gente, que algún día aparecerá mi media naranja, el hombre adecuado para mí (la mayoría de mis amigos, a pesar de saber de mi bisexualidad siguen siendo heterosexistas, qué se le va a hacer) y ya no tendré dudas, y le querré siempre, y viviremos felices y comeremos perdices. No creo que si yo soy una persona crítica e incluso a veces algo exigente, con dudas respecto al compromiso, la monogamia, y el amor eterno, eso vaya a desaparecer porque un día vea frente a mí a mi príncipe azul. Va a ser que tampoco creo en las hadas madrinas.

relaciones seguras

Strong enough, Sheryl Crow 

Una de las cosas que me han mosqueado varias veces en mi vida es la forma en la que la gente se toma las relaciones. Si les va bien, aunque no sean mi tipo no tengo nada que decir, el problema es cuando la gente se mete en inseguridades y comportamientos autodestructivos.

Mucha gente tiene miedo de tener una relación con alguien liberal, con alguien abierto o extrovertido, o con alguien con un pasado sexual. Creen que si "cazan" a alguien más convencional y tranquilo, más tímido o cerrado, es una garantía de futuro de la relación.

Hay poca gente que se pare a pensar que una persona abierta, con experiencias sexuales variadas a sus espaldas, de trato fácil, pueda estar en una relación tranquila a gusto, y yo creo que una persona que ha probado cosas, o que simplemente sabe que se puede vivir feliz sin estar en pareja, es alguien que cuando está con alguien es porque quiere, es porque sabe que quiere, porque está a gusto, porque le compensa.

A mí me encantan los rollos de una noche, me dan un soplo de aire fresco, y algunos me hacen caminar flotando durante unos días, me gusta conocer gente, soy sexualmente abierta, soy bastante directa y busco lo que quiero. Y cuando estoy con alguien es porque quiero, a mí nadie me obliga, ni me siento obligada yo, ni por la sociedad ni por mis amigos, es porque estoy bien, porque me gusta esa persona, y creo que eso debería darle la seguridad de que estoy a gusto, de que he elegido estar así por algo. A mí por lo menos la gente así sí me inspira mucha confianza, en cualquier caso ya sé que no estoy obligando a nadie a salir conmigo, ni mediante chantajes ni mediante ninguna artimaña, pero una persona así conoce otras cosas, y si está conmigo es por algo más.

Me da rabia la gente que tiene miedo a la gente segura, a la gente decidida, y se queda en los brazos de alguien tranquilo creyendo que tienes a alguien seguro, que te va a aguantar todo, que si tiene miedo a quedarse solo no te va a dejar, que la vida así no te va a dar sorpresas.

Cada vez menos, pero sigo conociendo a mucha gente a la que le da miedo la gente independiente, la gente que es o aparenta ser fuerte, la gente que se suele resolver la vida sola.

distintos niveles de compromiso

Last night a DJ saved my life, Indeep

Me estoy dando cuenta cada vez mejor de cuál es el momento en el que me empiezo a agobiar en una relación, y creo que no siempre es porque me agobie el compromiso, sino que creo que es porque me agobia un tipo de comprimiso y me falta un poco del otro tipo.

Me agobian los celos, o las preguntas inquisitivas, o el que no se pueda ir a ningún lado sin la otra mitad de la naranja, las llamadas al teléfono en todo momento, el que desde el principio todo vaya en serio y vaya a ser la relación definitiva, el tener que conocer a toda su familia y amigos, o el que intenten cambiar mi forma de ser, o de vestir, o de tratar con la gente.

Todo esto limita mi independencia y demuestra que su confianza es todavía más limitada, y no me parece un buen indicio de una buena relación.

Pero luego muchas veces lo que me pasa es que quiero estar un poco más con esa persona, tengo poco tiempo libre al día y me gustaría aprovecharlo bien. Y a veces me encuentro con que esa persona vive con los padres y tiene que dar cuenta del tiempo que pasa fuera de casa, o que también tiene muchas cosas que hacer y antepone todas a mí, o que simplemente le da pereza quedar porque prefiere quedarse en su sofá viendo la tele.

Y es que yo llevo ya unos cuantos años viviendo fuera de casa de mis padres, y mi pareja o mis amigos son mi familia, y a los que llamo cuando estoy enferma y me apetece que alguien venga a casa a hacerme compañía o a jugar a algo. Y también son con los que me apetece hacer eso cuando están ellos mal. Y me apetece cuidarles, y verles y estar con ellos, y hay muy pocas cosas que pondría por delante. Y esto es con lo que me comprometo y pido reciprocidad. Y para no tenerla no quiero una relación, al fin y al cabo a mí me encantan los rollos, pido mucho menos, y no me importa recibir menos.

Y es que al final lo que pasa es que yo quiero una relación donde lo que nos mueva sea la ilusión, y el que nos aptezca estar juntos, y lo que odio es una relación para matar el tiempo libre, o para estar seguro de que tienes una persona a tu lado.

si las cosas no cambiasen

Welcome to my life, Simple Plan 

Una de las frases que peor me sienta y que me da rabia que digan mis amigos, porque pienso que toda la inteligencia que tuvieron en un pasado la acaban de perder en una enfermedad rarísima pero fulminante, que ya no deja a los pobres pensar ni razonar, es la de "esto es así de toda la vida".

Porque no hay nada que haya sido de una misma forma toda la vida. Voy a empezar a contar como vida cuando empezó a haber vida en el planeta Tierra, pero claro, ahí no había ni humanos, así que no vale. Bueno, empiezo a contar cuando empezó a haber homos algo, y la vida que veo tampoco se parece mucho a la de hoy en día, quitando el que empiezan a caminar sobre dos patas. Bueno, pues empiezo a contar desde la época de la civilización griega, unos cientos de años antes de cristo, que es una bastante conocida por todos, y bastante cercana, pero aún así hay muchas más diferencias que semejanzas de esa sociedad a la de hoy en día, y entre todas las intermedias.

Si se hubiese utilizado esa frase cada vez que alguien empezó a innovar, y la sociedad a evolucionar, seguiríamos creyendo en un montón de dioses que representasen las fuerzas naturales y los sentimientos básicos, no hubiese existido el cristianismo, ni luego la monarquía absoluta, ni luego la revolución francesa, ni luego la democracia...

Seguiríamos pensando que Dios creó al hombre y a la mujer, o que la tierra era plana, o que el sol gira alrededor de ella... no se pueden dar ideas por demostradas sólo porque se crea en ellas, ni se pueden dar por ciertas sólo porque se creyese antaño, ni se puede pretender que se sigan haciendo las cosas como se hacían antaño, porque entonces la mujer no hubiese ido a trabajar, se seguiría lavando la ropa a mano, la mujer no hubiese podido ir a la universidad, se seguiría utilizando el cinturón de castidad, se harían sacrificios humanos a los distintos dioses, y todavía no habríamos bajado de los árboles.

otras cosas de las que no puedo hablar

Push the limits, Enigma

Me ha pasado varias veces en este último mes, y además con el artículo de lo que me da miedo escribir, me he dado cuenta que hay unas situaciones muy concretas en las que me da miedo hablar.

Me da miedo hablar con mis ex de cuando estuvimos juntos. Especialmente con los que no tengo una amistad buena ahora mismo. Hay un par de ellos a los que veo de vez en cuando, con quienes no me llevo mal, y con los que hablo bastante, pero aunque a veces salga el tema, por esto de que es alguien a quien conoces hace tiempo, y la mayor parte de las anécdotas que compartís son de la relación, no puedo hacer alusiones a lo que tuvimos sin sentirme incómoda o nerviosa.

No sé porqué, no tengo explicación, evidentemente ya no hay nada que gafar, tampoco es porque hoy en día me gusten, ni porque crea que les gusto a ellos, simplemente me pasa. Y yo creo que a ellos también.

días malos

Entre dos tierras, Héroes del Silencio

No me pasa a menudo, pero cuando me pasa es horrible, he tenido un par de días de ésos en los que todo te sale al revés, he perdido casi una semana haciendo unas cosas que al final no valían para nada cuando tenía mucho que hacer por otro lado, no he visto a Manuel, y encima hoy me ha bajado la regla.

La verdad es que odio quejarme de la regla, y odio la frase de "te habrá venido la regla" porque me parece una justificación machista para que una un día esté cabreada, y es que normalmente no me influye en el carácter, y menos para cabrearme, pero sí que hay alguna vez que me duele mucho, o que se me junta con un par de cosas malas y me pongo de peor humor (que igual sólo con ese par de cosas malas también me pondría), pero vamos, que si me pasa 3 veces al año ya son muchas.

Hoy la gota que colmó el vaso fue que tras pasar una mañana con bastantes dolores, perdí un autobús y me tocó ir andando un buen rato y con peso, porque el autobús se fue antes de la hora, y fue cuando me acordé de la "bronca preventiva" de Cora, porque estaba cansada, enfadada, y estaba segura de que si me mostraba cabreada con alguien (Manuel) me iba a tachar de histérica en el acto, sin pararse a pensar si llevaba un día de perros o no, y a la gente que se pone histérica y se pasa el día quejándose todo el mundo le aguanta un montón, mucho más de lo que nos aguantan a las que no nos solemos quejar nunca, y no solemos montar broncas.

Y es que yo hoy de lo único que tenía ganas era quejarme de mi suerte, que me diesen la razón, y meterme en la cama a recibir mimos.

Al final resultó que vi a Manuel y se me olvidaron todas esas cosas que me habían puesto de tan mal humor y no necesité ni quejarme ni nada.