Blogia
pide un deseo

momentos intensos

deprisa

sólo tengo 5 minutos, así que sólo puedo contar que ya estoy en Madrid, que estoy muy contenta, que me he alegrado mucho de ver a algunos de mis amigos, aunque hay otros a los que todavía no he podido ver.

Que me da pena haberme vuelto y dejado a mi gente allí, pero aquí sigo teniendo a mi gente, también.

Que pese a toda la ilusión que me ha hecho verles a todos tengo que confesar (sé que voy a parecer terriblemente materialista) que lo que más ganas tenía de ver era mi ropa, la que no he podido llevarme este año, la que hace un año que no me pongo. Sé que suena absurdo, y me lo parece, pero me pasaba eso, supongo que era una especie de mecanismo de autodefensa del tipo "no pienses en nadie, no vaya a ser que no le puedas ver y te deprimas, no pongas esperanzas en nadie y limítate a esperar verles"...

Resumiendo, que estoy contenta, que me gusta la gente que me rodea, y que echaré de menos a la que me rodeó este año pasado.

¡Feliz semana del orgullo a todos!

yujuuu!

¡Me voy a ir unos dias a Madrid! volveré a ver la gran via, Malasaña, Chueca, a tomar cañitas con limón en bares donde me pondrán una tapita de aceitunas o patatas, volveré a achicharrarme con su calor, a ver a mis amigas y a mis amigos y a salir con ellos de fiesta. Descansaré unos días de esto para meterme de lleno en mi vida anterior, la que voy a volver a tener el año que viene, aunque no será exactamente la misma, nunca es lo mismo, pero puede ser mejor, nadie sabe lo que me deparará el futuro, pero yo lo veo bien.

Lo que más rabia me da es no poder estar el día de la manifestación del orgullo allí, estoy mirando todos los medios de transporte posibles para poder ir un ratillo, pero me temo que no va a poder ser, me temo que lo tendré que celebrar yo sola. Y  me he enterado de que mi pequeña ciudad (la de mis padres) tiene su propia manifestación del orgullo, estoy orgullosísima de ella, no me lo esperaba! Al final va a resultar que España es de los países donde menos homófoba es la gente, nunca lo hubiese pensado.

Y hoy estoy pensando en la justicia kármica, en cómo siempre hay etapas buenas o malas, en todo lo que se da que se recoge después. Y bueno, sé que hay injusticias que con todo el karma tratando de repararlas no va a poder ser, pero en general todo el mundo en su vida tiene golpes enormes y cosas preciosas, y creo que hay que aprender a aceptar los golpes y a recibir las cosas buenas con los brazos abiertos, y miro mi vida, la de golpes que he recibido, sobre todo de pequeña, que a pesar de considerarme siempre una personeja feliz no era capaz de adaptarme a lo que me sucedía. Pero también tengo recuerdos muy bonitos, por ejemplo los olores, he dado mil saltos de un sitio a otro, la de olores que me recuerdan a mil lugares que en alguna temporada consideré mi casa, la de personas que he perdido porque la vida nos ha separado, sin razón alguna, y a las que estoy deseando encontrar de nuevo en algún lado, pero también la de personas que conozco, es una cantidad enorme.

Me acuerdo de cuando escribí lo de la amistad, y yo también me considero muy estricta escogiendo a mis amigos, pero me pongo a pensarlo y sé que tengo un par de amigos en cada sitio en los que he estado un tiempo, a pesar de haberme separado de algunas y hoy saber que están ahí, pero no muy cercanas sé que tengo amigas en la ciudad de mis padres, y dos de ellas muy buenas. Que tengo amigos/as de mi residencia de Madrid sobre todo 2, un chico y una chica, y a muchas más personas a las que poderles pedir un favor un día,l o que me lo pueden pedir a mí y haré lo imposible. A gente de mi escuela, un grupo de amigos todos relativamente grande, y varios personales de los de verdad. Amigas que he hecho aquí, que no olvidaré, aunque la vida se empeñe en lo contrario.

Y hoy me despido así, estoy feliz de ser feliz y de haber podido conocer a tanta gente.

el ambiente

el otro día salí por el ambiente con mi amigo, el que no sabe si es gay, pero lo intuye. Y estuvo muy curioso, tras comprobar que las reuniones que hacen en la asociación no son muy concurridas y sólo estaban un grupito de hombres mayores nos fuimos al bar de ambiente, digo al porque aunque haya otro éste es el único concurrido, y nos dimos cuenta de que éramos los raros del bar, los únicos que no conocíamos a nadie, y supongo que parecíamos una pareja de turistas curiosos.

Nos tomamos unas cuantas cervezas, hablamos un montón, y cuando ya nos íbamos noté que había una mujer (era algo mayor, pero no sabría decir cuánto) que me miraba y me sonreía, y luego su amiga, y ésta me molaba un poquito, pero se fueron del bar, y nosotros, que en época de exámenes deberíamos de haber estado ya en la camita, nos fuimos también, con todas las cervezas que llevábamos ya en el cuerpo. Pues al salir, nos volvimos a cruzar con ellas, y la que me molaba me paró y me preguntó si ya nos íbamos, le dije que sí con cara de pena, y hablamos un minutín más de nada, y espero verla otro día que vuelva por allí y acercarme a hablar un ratillo con ella, a ver si nos metemos un poco en ese mundillo, porque si no...

chica de ojos claros

chica de ojos claros

Ayer en la clase de idiomas a la que voy, según entré a clase, tarde, me encontré con la mirada de una chica, preciosa, de unos ojos azules preciosos, a la que nunca había visto. Se me quedó mirando y me sonrió, y yo hice lo mismo, me encantó, me tuvo pendiente de ella toda la clase.

Luego me di la vuelta para mirarla un par de veces, y seguía mirándome, como entre tímida, y contenta de que yo la mirase, y me sonreía. En el descanso intenté hablar con ella, aprovechando que había llegado tarde, le pregunté por lo que habían hecho antes de que yo llegase, pero después de contestarme, como cohibida e incómoda, se fue a dar una vuelta.

Pero más tarde, pasó una cosa muy curiosa, yo siempre estoy dándole vueltas al boli entre los dedos, lo hago maquinalmente, y me sale en el momento en que no estoy escribiendo. Pues una de las veces que me giré a mirarla, por el ruido, ya sabía lo que me iba a encontrar, a ella mirándome, e intentándo darle vueltas también al boli, pero no le salía, se le caía, y nos echábamos a reir, con el consiguiente mosqueo del profesor, que creía que nos estábamos riendo de él. Y me encantó ese momento de complicidad entre dos desconocidas.

Y al salir de clase, quedámos las dos últimas, yo esperando disimuladamente por ella, y creo que ella también, pero a ella, en el último momento, la pilló el profesor y la entretuvo, y yo les miraba por el cristal mientras me iba, y la veía intentando zafarse de él, andando deprisa, mientras él seguía preguntándole cosas. Y cuando lo consiguió, salir del aula, vino casi corriendo hasta llegar a mi altura, y se puso a hablar conmigo, por lo del boli, por lo de reírnos, y me preguntó de donde era. Pero luego, al llegar a la calle, se marchó corriendo, otra vez cohibida, casi sin despedirse, sólo me dio tiempo a decirle que era española, y a escucharla contestarme que ella estaba también estudiando español.

extraña historia de amor

Ha habido un chico muy especial en mi vida, probablemente sea la persona que durante más tiempo me ha gustado, sin mencionar a Ella, pero también le conocí unos 10 años más tarde. Me llamó la atención la primera vez que le vi, y poco después me empezó a gustar, y él después me ha contado que algo parecido le pasó a él también. Tardamos mucho tiempo en que pasase algo entre nosotros, y cuando pasó fue un poco raro, porque siempre me sentí como si no nos hubiese salido bien, y, aunque yo quería estar con él y él conmigo, no fuimos capaces de que pasase nada más.

Tiempo después a mí me seguía gustando, y un verano me lo encontré de fiesta, me quedé con él y sus amigos, con los que siempre me he llevado muy bien, y acabó haciéndome una declaración sorprendente, yo le gustaba, desde hacía tiempo, que no le dejé terminar, porque le empecé a besar antes de que acabase de explicarse. Esa fue la vez que le puse los cuernos al "amor de mi vida". Paré y se lo conté todo, mi etapa de desilusión, y unos días después vino a ver si yo ya lo había arreglado con mi novio y podía estar con él pero yo no podía, aunque sí se lo había contado, todavía no lo había dejado con mi novio y seguía sin entender mi desenamoramiento, no podía estar con otra persona, aunque fuese él, mi chico favorito.

Unos meses después, cuando yo lo dejé con mi novio, cada vez que me lo encontraba nos liábamos, pero él no estaba a gusto porque no podía salir conmigo, y yo no estaba a gusto porque no quería salir con él, viviendo yo en Madrid, casi para no verle, a pesar de lo que me gustaba. Parecía que no teníamos suerte, que estábamos destinados a que lo nuestro no acabase de cuajar,  cada vez que volvíamos a pasar una noche juntos yo me iba con la sensación de que fallaba algo y no entendía el qué, porque a mí me encantaba, y estábamos bien, pero no teníamos suerte. Siempre hubo algún problema que empañaba nuestras noches, al principio de todo yo le conocé porque estuve con un chico de su grupo, con lo que todo el grupo me conocía como la chica de..., luego siempre que estábamos juntos era al final de la noche y con prisas, luego yo me sentía incómoda en la ciudad de mis padres y no me sentía yo misma...

Pues por fin hubo una noche en que por fin quedamos al principio de la noche, como diciendo, esta va a ser nuestra noche, y... cuando apareció estaba borrachísimo, y me acabé marchando enfadada, porque él estaba superborde, nunca le había visto así, y dejándole tirado en una parada de autobús. No me lo perdonaré, me sentí fatal, desde que llegué a casa esa noche, hasta que fui capaz de hablar con él al día siguiente. Pero ya no se arregló nunca.

A pertir de ahí yo intenté asumir que no iba a pasarnos nada más, que el puto destino en el que no creo, se estaba burlando de nosotros. Hasta una noche de Reyes, me lo encontré de fiesta, nos quedamos juntos, y al final de la noche nos volvimos a liar, pero esta vez fue genial, y se lo dije, le conté que era el chico que durante más tiempo me había gustado, que creía que las cosas nunca nos habían salido bien, hasta esa noche, que había sido una noche de Reyes maravillosa. Y él siguiendo con las confesiones me contó que él nunca había estado con otra chica tan agusto como conmigo, que no había podido salir con ninguna porque no le llenaba, pero que esta noche no era la perfecta, que ahora era él el que tenía novia, y que con esa chica era la primera con la que estaba bien...

No sé si os podréis imaginar mi desilusión, realmente el destino se está riendo de nosotros, porque me temo que esto ha sido igual de difícil para él.

Bueno pues hoy por hoy seguimos llevando bien, aunque después de esa noche no nos hemos vuelto a ver, pero sí que nos seguimos la pista, y hablamos por el ordenador, y nos llevamos muy bien.

Pues él me encontró, porque no estoy acostumbrada a esconder nada de mi vida, y me leyó. La verdad es que no me importa que él lo lea, no me importaría que nos conociésemos más de lo que el destino nos ha dejado, me gustaría conocerle más a él, creo que nos faltan como unas 48 horas de charla, pero no sé cuándo las tendremos. Y no estoy preparada para que nadie que me conozca lea mi blog, no sé si lo estaré algún día, pero de momento escribo para mí.

Ya os he contestado ;)

la vida es una caja de sorpresas

Se conocían desde algún tiempo, y se sentían atraídos mutuamente, pero nunca había pasado nada, hasta esa noche, en que los dos supieron que era la adecuada, en que se empezaron a besar contra la pared del bar, apasionadamente, sin percibir las miradas de todos los amigos asombrados. Se besaban con pasión, paraban un rato y se miraban con deseo, para volver a acercarse, primero despacio, y los dos últimos centímetros locamente. Se mordían, se lamían los labios y las lenguas, se miraban, se dejaban hacer con los ojos cerrados...

Al cabo de un rato de disfrutar mutuamente de sus besos se fueron para casa, no se despidieron de nadie, en ese momento sólo estaban ellos, no existía nadie más. Se besaron en cada portal, encima de más de la mitad de los coches que hubo en su camino. Un camino corto que, por un lado se les hizo largo, porque tardaron en recorrerlo, pero por otro fue cortísimo, porque no hubo un segundo en que no se lo pasasen bien.

Llegaron a su casa y empezaron a desnudarse, mientras no paraban de besarse. No pararon ni un momento, no necesitaban respiros, sólo se necesitaban el uno al otro, pero tampoco se lanzaron directamente a follar, sino que disfrutaron de la masturbación, del sexo oral, de las caricias... y haciendo de todo, tras un buen rato de pasión, de placer y de orgasmos, se quedaron dormidos.

A la mañana siguiente, cuando se despertaron, se miraron, se siguieron gustando, y se volvieron a besar, para volver a empezar todo otra vez. Él, con su seguridad, probó de todo lo que creyó que a ella le podía gustar, y ella por supuesto, disfrutó todo lo que él le hizo, y le correspondió, haciendo gala también de imaginación y atrevimiento. Él tumbado, ella encima, lamiendo y chupándole la polla, la mejor polla que había visto en su vida, grande, gruesa, y perfecta, nunca creyó que pudiese decir que una polla le iba a parecer bonita. Al cabo de un rato, y de unos cuantos gemidos, él tiró de ella hacia arriba, cuando llegó a su altura la besó, y se movió él hacia abajo, hasta tener la cabeza entre los muslos de ella, quien, arrodillada encima de su cara, disfrutó de ese momento.

Para follar se colocó también ella encima. Estuvieron un rato besándose, pero luego ella se irguió, se colocó totalmente vertical, sentada encima de él, y se empezó a tocar, despreocupándose del chico que tenía debajo, que la estaba mirando embelesado, cuando ella se dio cuenta le sonrió interrogante, a lo que él, también sonriéndola, le dijo: es que esto tiene algo de espectáculo... Ella siguió tocándose, moviéndose, sintiéndose admirada, deseada, y además sintiendo mucho placer, de repente todo se volvió lejano, sólo sentía un cosquilleo continuo recorriéndole el cuerpo, que amenazaba con explotar, hasta que explotó, haciéndola gritar y gemir de placer. Cuando se recuperó y volvió a mirar hacia abajo se encontró con la mirada de él, quien le susurró: precioso..., al tiempo que tiraba de ella para besarla. Después de follar, tumbados uno al lado del otro en el colchón, todavía con la felicidad pintada en la cara, se acariciaban, y no había un momento en que no tuviesen una parte de su cuerpo en contacto con el del otro. Se besaban de cuando en cuando, ahora con menos pasión, pero con sonrisas de plenitud cómplice.

Cuando les llegó el momento de despedirse lo hicieron fácil, se dieron dos besos, mientras ella le agradecía el haberle ofrecido su casa para ir a hacer turismo, y él le respondía, con sonrisa traviesa, que había sido un placer, a lo que ella añadía que ahora estaba invitado él, que la visitase cuando pudiese. Y se fueron, cada uno por su lado, cada uno a su vida.

Y ahora no soy capaz de olvidarme de él, me encanta, se han dado mis 3 requisitos del sexo genial, en una sola noche, con una sola persona, en la primera noche, ha sido un sexo increíble, sumamente sensual, y cariñoso. Además también ha sido estético y divertido, me gusta la gente dispuesta a pasárselo bien, sin complejos y segura, con la que sabes que te lo vas a pasar bien, porque no se va a quedar tranquilo hasta que no sea así, y aún así, no va a tener un momento de intranquilidad, porque te lo estás pasando bien desde el principio y mejorandolo por momentos. Me encanta la gente que se deja llevar, que lo da todo, pero también lo recibe todo, y te lo agradece gimiendo.

Lo único malo, no veo el momento de volverlo a repetir, estoy impaciente por que llegue la siguiente ocasión, pero no sé si llegará...