Siempre he pensado que prefiero seguir viendo a mis ex cuando empiezan a serlo antes que no poner tierra de por medio y ya si eso, si algún día cambiamos de idea, volver a vernos. Pero también he dicho que si no me apetece volver a ver a alguien no me parece bien llamarle sólo por no perder el trato, cuando perder el trato no me importa en absoluto. Y eso fue lo que hice con mi ex.
Lo malo de no ver a alguien justo después de dejarlo es que la última vez que le viste todavía estabais juntos, todavía os saludabais con un beso, y le dabas la mano cuando te apetecía, que solía ser a menudo. Luego lo dejas, por algo más o menos pensado, y decides que no le vas a volver a ver, e incluso lo cumples. Tras la ruptura pasas por todo tipo de momentos, estás triste, le echas de menos, te cabreas y piensas cómo pudiste aguantar todas sus estupideces, estás contentísima de haberlo dejado y empiezas a salir pasándotelo genial, y llega un momento en que asumes que no estáis juntos, y ni te acuerdas de esos tiempos pasados.
Pero, tiempo más tarde, te lo encuentras por la calle, le tienes que saludar, pero ese no es el problema, esa persona ya no significa nada hoy en día, el problema es que según lo ves aparecer, tan igual al que antaño fue tu ex, tu primera intención es ir a darle un beso, como se lo dabas cuando salías con él, como si fuese ayer la última vez que le viste, porque sí, tu cabeza ya sabe que no estás con él, que estás con otro chico del que estás enamoradísima, de hecho también sabe que antes estabais mal y que con Manuel estás genial, sabe que a tu ex ya ni le odias ni te gusta, que te da bastante igual lo que pase con su vida, pero tu cuerpo no ha entendido nada de eso, tu cuerpo sólo sabe que la última vez que estuvo cerca de esa persona estuvo muy cerca, ¿y quién le va a reprochar que su primer impulso sea volver a estarlo?
Menos mal que nunca he sido demasiado impulsiva...
Hoy venía dispuesta a escribir sobre mi madre, y me he encontrado un post de Lucía Etxebarria en el que plantea el problema que a mí me preocupa, cómo queremos a las madres pero a pesar de eso no somos capaces de entablar una buena relación con ellas. Yo no puedo decir que con mi madre me lleve mal, porque no es del todo verdad, podemos hablar de bastantes cosas y muchas veces al hacer cosas juntas estamos a gusto, pero muchas otras no, me siento juzgada constantemente, y el fallo suele ser en mi contra, no tengo demasiado apoyo de su parte, no tenemos las mismas ideas en muchas cosas y ella sigue insistiendo en que haga las cosas a su manera, como si yo no fuese una persona adulta desde hace unos cuantos años ya, que tiene que tomar sus propias decisiones. Nunca está de acuerdo con lo que hago con mi vida, y si lo está no hace nada por demostrarlo, sino todo lo contrario, cuestionando siempre lo que decido, y dándome opiniones contradictorias, con lo que yo me siento poco apoyada e inútil, y dudo constantemente de mis decisiones, lo que me causa bastante inestabilidad.
Lo que me preocupa hoy es que me he dado cuenta de que cuando tengo opiniones contrarias a las suyas nunca estoy segura de tener razón, y no sólo eso, que en cosas ideológicas nunca se tiene razón de forma absoluta, sino que me siento mal y culpable, porque si ella me ha educado, y me ha dado unas ideas muy válidas respecto a ciertas cosas cómo me voy a atrever a pensar distinto a ella en otras. Ya no estoy hablando de lo que yo hago con mi vida, sino de lo que pienso sobre política, cultura, sociedad, la diferencia entre machismo y feminismo, inmigración...
Sé que tengo que respetar sus ideas y decidir las mías, y algunas las tengo decididas, incluso las que son contrarias a las suyas, pero me siento mal teniéndolas. Sé que ella no tiene razón siempre, de hecho en muchas cosas se ha quedado anclada en tiempos pasados y en unas contradicciones de lo que había que hacer en su época y en lo que la educaron y lo que ella pensaba, y no me quiero quedar anclada yo ahí, quiero tener mi vida, mi independencia, mis ideas, que acepto porque las he pensado, razonado y decidido, no porque me digan que tengo que pensar esto o lo otro, pero a veces me cuesta mucho esfuerzo mental no ponerme a pensar que todo lo hago mal y que en todo me equivoco, como a veces me hace sentir ella.
Siempre llega un momento en mis relaciones en que me agobio un poco, esta vez me ha pillado un poco de sorpresa, porque estoy genial con Manuel, contentísima, viéndonos a todas horas y me voy pillando un poco más cada día. Pero por otra parte parece no sorprenderme demasiado, siempre me pasa al llegar el otoño, tengo tantas cosas en que pensar, todo lo que ir planeando para el año que empieza que cualquier chorrada me afecta más y me hace desilusionarme.
Esta vez ha sido porque me da un poco de miedo estarme enamorando poco a poco, y porque he notado un poco de dejadez por su parte. Pensándolo fríamente tampoco ha sido dejadez, simplemente tenemos otras cosas que hacer, y además seguimos estando bien, contentos, con ganas de vernos, y sin discutir, como siempre.
Así que estoy pensando que si no será culpa mía, que tras cierto tiempo le tengo que buscar defectos a todo, que en el momento en que tengo que planear mi nuevo año me gusta ahogarme en mis pequeños problemas. Y eso sin hablar de mi terror al compromiso.
Lo único que quiero hacer ahora es estar con él, ir organizando un poco mi vida, que este año promete ser movido y diferente, y dejar de comerme la cabeza con estas tonterías que realmente seguimos estando genial.
De todos es sabido que la justicia en España siempre actúa con rapidez y eficacia, y sobre todo con justicia, por supuesto.
Y también a todos nos parece un poco ilógico que hubiese protestas musulmanas contras las caricaturas de Mahoma que salieron en un periódico de Dinamarca. A ellos les parece una falta de respeto horrorosa, y además está prohibido representar a Alá, y tampoco harían lo mismo con nuestro dios. Es otra forma de ver las cosas y ellos ésa la ven mal, opinión que me parece muy respetable, puesto que ella misma es respetuosa con las opciones y religiones distintas a la suya.
Pero aquí en Europa, además de haber libertad de expresión, hacemos caricaturas a cualquier cosa y chistes de todo, y nos reímos, y vale que no es lo más agradable del mundo, pero un chiste es un chiste, y se hacen para reírse, incluso de las cosas más negras y macabras. Y también tenemos nuestra parte de razón, al fin y al cabo hacer un chiste sobre algo no quiere decir que opines eso, yo me río un montón con los cómicos (buenos) que hacen chistes algo misóginos, sobre como (se supone que) somos las chicas y lo noñas que (se supone que) nos ponemos a veces. Y eso no me quita ni un ápice de lo feminista que soy.
Pero no todo el mundo opina como yo, y estas frases anteriores no deben de ser tan lógicas como me lo parecen a mí, porque, en un aproximadamente un mes, ya ha salido el juicio contra el jueves por injurias a la figura del príncipe. Parece ser que a los fiscales no les pareció tan normal lo de Mahoma en su día y les pareció normal que los musulmanes se quejasen, porque, al fin y al cabo, un príncipe, por muy monarcas que nos queramos creer, siempre será menor que un dios..
Y a mí que me parece que los de la caricatura son Tom Cruise y Katie Holmes.
Leí una vez una historia, de éstas que son con moraleja, que me gustó, no la recuerdo perfectamente, pero voy a contar con lo que me quedé:
Va un chico, muy indignado, a decirle a su maestro que ha oído que alguien le estaba criticando. El maestro le ve venir, y justo cuando empieza a oír su historia le pregunta si la ha pasado por las tres cribas, la de la verdad, si está seguro de que sea verdad, el chico dice que no, le pregunta si es algo de vital importancia que necesite saberse, el chico contesta que no, y la última es si va a ser más feliz después de oírla, si es algo agradable, a lo que el chico le responde que tampoco. Entonces el maestro le dice que no quiere oírla, que no le va a aportar nada.
Pues eso es lo que creo que pasa con los cuernos, con fisgar los mensajes al móvil y demás. Son cosas que pueden, fácilmente, no ser verdad, que no son de una importancia vital, si son verdad, y cosas importantes, te vas a acabar enterando tarde o temprano, y sobre todo, no son cosas agradables de oír, y hacerse mala sangre por algo que ni es importante ni estás seguro de que sea verdad... no merece la pena.
La fuerza del destino, Mecano (sabía que Penélope Cruz salía en un videoclip suyo, pero no sabía que era en éste, es mi canción favorita de Mecano, a pesar de todas las eses que no deberían estar pronunciando)
El enlace es un artículo redactado en tono jocoso sobre los móviles y las infidelidades, es decir, sobre las infidelidades que se descubren mirando el móvil de tu pareja, mensajes y llamadas. Para mí no es un tema nada nuevo, puesto que tengo una amiga a la que el novio le mira el móvil y el mail desde hace siglos, y si descubre algo que no le gusta lo borra o pide explicaciones.
A mí me llega mi pareja preguntándome porqué dije no sé qué en un sms a una amiga, y no sólo no va a conseguir respuesta, sino que probablemente tengamos bronca, y no porque la monte por lo que ha leído, sino que la monto yo por espiarme. Y lo peor no es eso, sino que, conociéndome, seguro que el mensaje era una chorradita que si hubiese entendido no le hubiese inspirado la más mínima desconfiaza. Pero el problema de los celos es que ves pruebas donde no hay nada.
Vale que si te has metido en el compromiso de la fidelidad lo tienes que cumplir. Vale que la infidelidad sirve como prueba en un juicio para demostrar que la otra persona te estaba engañando y para conseguir más beneficios. Pero eso no te da derecho a mirar el móvil de nadie, que es algo tan privado como la correspondencia. No sé si también está tipificado como delito o simplemente son nuevas tecnologías y nadie se ha preocupado, pero ¿de verdad a todas esas mujeres (y a otros tantos hombres) no les da vergüenza mirar el móvil de su pareja? ¿dónde se ha quedado la confianza, o lo que creo es peor, el orgullo y el amor propio?
Creo que todo el mundo tiene derecho a guardar una parcela de su intimidad, yo puedo no estar engañando a nadie, y estar enviando sms privados, que no tienen ningún interés para nadie, excepto para mí y para su destinatario. Mi pareja no debería de necesitar leerme el mail para confiar en mí, o para desconfiar. Para mí mi intimidad es algo muy importante.
Estoy muy contenta de pensar que Salsa no es como antes. Vale que no debería de pensar eso de una amiga, sobre todo cuando ya era amiga mía antes, pero tenía un pequeño problema de dependencia que yo creo que le daba muchos más problemas que alegrías. Es una chica inteligente, decidida, guapa, buena, con unas posibilidades de un futuro genial... pero necesitaba estar siempre saliendo con alguien, lo dejaba con algún chico con el que había tenido una relación tormentosa durante largo tiempo, y en menos de 2 semanas estaba con otro, con el que en muchos casos volvía a tener una relación parecida.
Tras estar con alguien necesitaba liarse con otra persona, pero ella no se enrollaba con nadie, sino que siempre tenía que tener una relación seria. No se podía acostar con nadie la primera noche, sólo si ya le conocía algo más (un par de días). Y así estaba intentando que con todas las personas le saliese bien, que fuesen la definitiva, mientras que la mayor parte de las veces no encontraba gente que fuesen como ella quería que fuesen. Como todo el mundo, no siempre tienes la suerte de que esa persona tan maravillosa que conociste anoche siga siéndolo tras algo más que una conversación en un bar.
Así que llevaba desde los 14 años enganchando una relación con otra, pero eso cambió. Tras una relación con una persona muy maja, pero con quien las cosas no fueron bien, cosas de la vida, ha estado mucho tiempo sola, y ha descubierto que está bien así.
La gente cambia, aprende, evoluciona... la vida no es para quedarse estancado.
Ahora está con un chico majísimo con quien no está segura de querer nada serio y poner en peligro su independencia con todos los planes que tiene en estos momentos, y está bien, está contenta e ilusionada con su propia vida. Si hay un tío en ella genial, si no lo hay no es el fin del mundo.
Mi mayor problema con la monogamia es que no la entiendo.
Si es por cuestión de que hay cosas que sólo haces con tu pareja, no entiendo porqué follar se debería meter entre esas cosas. Yo puedo estar con alguien pero puedo tener amigos, hablar con ellos, tener confianza, hacerles bromas, dormir con ellos cuando me voy de acampada, incluso contarles mis problemas con mi pareja. Esto es algo que hoy en día no discute nadie, es normal que uno, pese a estar en pareja, guarde su independencia y su grupo de amigos. Pues yo metería follar también entre esas cosas que puedo hacer con otra gente. Podría entender que no se pueda hacer el amor con otras personas, bueno, eso ya implica una relación muy parecida a la que quieres mantener con la persona con la que estás saliendo, porque yo con mis parejas no sólo follo, mi relación no se basa en eso, sino en un montón de cosas más, como amor, cariño, confianza, apoyo...
Probablemente me cueste mantener una relación con una persona que, además de estar saliendo conmigo, esté saliendo con otras personas, no que tenga algún rollo por ahí, sino que tenga otra relación seria, igual que la mía, puede que para eso sí me vaya a poner posesiva porque me apetezca sentirme especial y única, pero ¿por sexo de una noche? mi relación es mucho más que eso.
También me costaría asumir, si yo estoy enamorada y quiero algo serio con esa persona, que mi pareja está enamorada de otra persona, aunque siga conmigo y no me ponga los cuernos. Me parece mucha más infidelidad eso que follarse a alguien que le apetezca una noche en un bar.
Sé que hay mucha gente a la que no le gustaría que su pareja se acostase con otras personas, y también conozco a un buen puñado a quienes no les gusta que su pareja salga sin ellos, o que hable con algún desconocido en un bar, o que quede con algún amigo a solas, pero yo no pienso así. Las últimas cosas no me parecen ni razonables, la primera la suelo aceptar pero no estoy nada convencida de que sea una idea mucho más justa y acertada que las otras.
Entiendo que antes la monogamia fuese esencial, igual que lo era que las mujeres se tuviesen que casar vírgenes, que ningún hombre las toque ni antes ni después, te casas virgen y sigues sin acostarte con ningún otro hombre en toda tu vida, eso sí, tu marido puede hacer lo que le dé la gana, que para eso es el hombre de la familia, y todas sabemos como son los hombres...
Hoy en día nos parece normal no casarnos vírgenes, de hecho a mí (y a la mayor parte de la gente de mi generación) me parece anormal lo contrario, pero la monogamia sigue ahí, hemos asumido el sexo y ya no está tan demonizado, ya no es algo que se haga para tener hijos ni porque tu marido quiere y tú consientas, es algo que se hace porque te gusta. A mí me encanta, pero todavía gusta mucho más cuando se hace con alguien especial, como a casi todos.
El sexo me parece algo fundamental en una relación, es algo que tiene que funcionar bien para que la relación funcione, si no te gusta acostarte con tu pareja pues para eso tienes amigos, pero ¿de verdad es el sexo tan importante como para que si alguien se lía con otra persona haya fastidiado una relación? ¿es algo necesario en una relación de pareja?, entonces ¿cuál es la importancia de la complicidad, el cariño y el amor?
Hay muchas cosas que también me gustarían que no mencioné en el post anterior, unas porque las considero obvias e imprescindibles, otras porque no lo son, pero me harían mucha ilusión:
- Que sea una persona pacífica, que no le guste discutir, y mucho menos que sea violenta.
- Que me respete, que me trate con respeto, así como al resto de la gente.
- Que tenga un grupo de amigos que sean buena gente, me da igual que sean más o menos macarras, más o menos juerguistas, pero que sean buena gente.
- Que le pueda contar mis problemas y encuentre apoyo y comprensión, y que tenga confianza como para contarme los suyos a mí.
- Que sea una persona con iniciativa, con ideas de futuro, no de un futuro común, sino que espere cosas de la vida, que tenga confianza en el futuro, que sea optimista y con ideales.
- Que sea una persona empática, capaz de ponerse en el lugar de los demás, capaz de ayudar a los demás, que sea buena persona.
- Que me mime, que sepa darme un beso cuando lo necesito, o cuando le haga ilusión y le apetezca.
- Y me encantaría que me acariciase al quedarme dormida, que vaya deslizando la yema de los dedos sobre mi piel, por las piernas, por la barriga, por la espalda, por los brazos y las manos, por el cuello, por mi cara, mientras me voy durmiendo sintiéndolo.
Quiero estar con alguien a quien le guste el libro de Malena, que lo entienda y de paso me entienda a mí con él.
Quiero estar con alguien inteligente, a quien le guste leer, y que tenga inquietudes, por la cultura, por la política, por la filosofía... que se plantee su forma de vida y las costumbres en las que vivimos.
Quiero que a ese alguien le guste el sexo y lo disfrute, y que no tenga miedo de ser cariñoso.
No quiero estar con nadie celoso, posesivo.
No quiero estar con una persona intolerante, racista, machista o homófoba.
No quiero alguien preocupado por las apariencias, por la ropa, por lo que piensan los demás antes que por lo que piensa él mismo.
No quiero que esté todo el día en casa viendo el televisor, que no tenga ni un ápice de aventura o decisión en su cuerpo.
No me importa que sea hombre, mujer, transexual o travesti.
No me importa que sea una persona alta, baja, gorda o delgada, ni el color de pelo, ni el color de su piel.
Me da igual que sea detallista o olvidadiza, que se acuerde de mí al ver algo que le gusta y me lo compre, o que esté sin llamarme 5 días porque no se ha acordado.
Me da igual que le encanten los rollos y se líe con otra gente.
Me da igual que tenga dinero o que no, que tenga coche o no, me da igual cómo vista.
Me da igual lo que estudie, o en lo que trabaje.
Me dan igual muchas cosas, pero hay otras que considero imprescindibles, y lo de Malena muy deseable, ¿pido mucho? Supongo que algo se me habrá olvidado...
Estuve pensando el otro día en dejarle a Manuel mi libro de Malena es un nombre de tango, en junio se lo había ganado, quería que lo leyese, pero ahora no lo sé, es bastante tiempo sin vernos, y prefiero volver a coger esa confianza que teníamos, y pensé en si me decepcionaría que no le gustase, que no lo entendiese, y pensé que no, pero acto seguido me acordé que sí me decepcionó que a mi padre no le gustase, que simplificase los sentimientos de Malena diciendo que eran todo chiquilladas.
Siempre he comentado los libros con mi padre, nos gustan libros más o menos parecidos, y hemos tenido muchas conversaciones sobre libros, hablando y opinando, enganchando un comentario de un libro con otro, y me lo he pasado muy bien.
Pero éste no le gustó, le gusta Almudena Grandes, pero éste no lo entendió, y este libro explica mejor de lo que yo sabría los sentimientos los que soy capaz de tener.
Y de repente entendí qué era lo que me gustaba de mi ex Voler, al que no podía besar, con el que no podía casi hablar, de quien no estaba enamorada, quien no era ni las cosas que más me gustan en la gente ni las que menos. Pero entendía ese libro, me entendía a mí. O así lo sentía yo.
Ya he hablado alguna vez de cómo mi GranAmor me hizo tan fácil el olvidarme de él y no arrepentirme de haberle dejado, cambiando en todo lo que yo le admiraba, volviéndose conservador, conformista y machista.
Pues estoy todavía un poco más desilusionada, porque ahora cuando le veo no es lo mismo, nosotros, los de entonces, no somos los mismos. Quedo con él porque me hace ilusión, pero luego estoy con él y, sin llegar a estar incómoda, tampoco estoy a gusto. Me da la sensación de verle por obligación, hacia mí misma, o hacia lo que fuimos.
Sus conversaciones me suenan huecas, antes tenía más ilusión por las cosas, o más esperanzas puestas en esta vida, antes parecía menos serio. Pero sigue siendo tan pedante y tan agobiado con su trabajo como entonces.
Supongo que aunque en su día nos compenetrásemos genial ahora no lo hacemos, ahora nos vemos por el cariño que nos guardamos, por pensar que no vamos a perdernos totalmente nunca, que alguien que fue la persona a la que más quisiste no se desvanece.
Pero él no es el mismo, y además puede que él también piense eso de mí, y me vuelve a dar pena, pensar que nos alejamos, pero si yo he cambiado creo que hoy soy más feliz que antes, creo que me gusto más de lo que me gustaba antes, he aprendido cosas, he vivido más… pero él me gusta menos, y cada vez menos.
Hace poco conocí a un chico que es de esas personas que viven para trabajar. Se sacó una carrera con notas buenísimas estudiando mil horas al día, desde que acabó trabaja unas 11 horas al día y el resto del tiempo lo dedica a seguir estudiando. Y me estuvo contando que pensaba dejar de trabajar tanto y en esa empresa cuando llegase a los 27 años, le pregunté que porqué a los 27, me extrañaba una fecha tan definida, y me dijo que es que mucho más tarde empezaba a dejar de ser una buena edad para que una mujer tuviese hijos, que había muchos riesgos. Yo le dije que no lo veía tan arriesgado, que hoy había muchas mujeres que tenían hijos mucho más tarde y no pasaba nada, y que además él no tenía novia, con lo cuál no entendía cómo estaba pensando en eso. Su respuesta fue que precisamente por eso, que tenía que dejar de trabajar tanto para encontrar novia.
Yo lo flipo, con todo, con que alguien de mi edad tenga la vida tan planeada por años, cuando yo de momento quiero ver mundo, trabajar en un sitio y en otro, ver qué me gusta más, y cuando me asiente ya me plantearé lo de vivir con alguien. O cuando me enamore locamente. Lo que no me veo capaz de hacer es pensar que tengo que irme buscando una pareja para ver si dentro de un par de años me puedo casar y así tener hijos a una edad decente. Igual un día pienso que se me ha pasado el arroz (lo dudo muchísimo porque no tengo ninguna intención de tener hijos, pero es un suponer) pero lo que no me veo capaz es de planificar mi vida así de antemano sólo por planificar, por tener la vida perfecta que se supone que hay que tener: a los 24 con un buen trabajo, siendo un hombre de provecho, a los 28 casándose, siendo un marido ejemplar, y a los 30 teniendo un hijo para un par de años más tarde intentar ir por la parejita, para ser el padre ideal.
Otra cosa es lo de "sacarse" novia, como dicen en algunas ciudades de España, y a lo que más me suena esta historia, puedes encontrar a alguien que te guste, con quien tengas ganas de irte a vivir y con quien quieras compartir tu vida, pero ir buscando a alguien para eso no me parece la idea adecuada, igual ir buscando a alguien para compartir tu vida a largo plazo, en plan "me gustaría casarme algún día" puede ser, pero la idea de "tener" que encontrar de aquí a dos años alguien con quien casarme no me gusta nada.
Encima tengo entendido que durante los últimos casi 10 años no ha estado con nadie, estaba demasiado ocupado labrándose un futuro laboral como para perder el tiempo haciendo amistades o ligando con alguien. Yo no me liaría, y mucho menos casaría, con alguien que no tiene novia porque tiene que trabajar 14 horas al día, quiero alguien que valore su felicidad, su vida social y sus amistades y ¿por qué no decirlo? que me valore a mí.
Siempre he defendido que la felicidad no te la da el tener un trabajo super importante con un sueldazo enorme, sino que estés a gusto en tu trabajo, y que tengas apoyos sociales, como amigos o pareja, que te sientas aceptado, querido y realizado. Creo que se puede ser feliz estando a gusto con los amigos y con la pareja, aunque tu trabajo sea algo peor, pero no si es al contrario, al menos no para el 99% de los humanos, que nos necesitamos entre nosotros.
Ahora me sorprende ver que una persona de las que viven por el trabajo reconoce necesitar esas cosas, pero no de la forma que yo creo que se necesitan, sino que se las ponga como objetivos, igual que acabar la carrera en no sé qué año y trabajar en no sé qué cosa.
Salió el tema en mi clase de idiomas el otro día, y una señora más o menos mayor, de unos 40 años, fue la que dijo la frase, "una mujer sólo es buena persona si es madre, si es una buena madre". Un hombre es buena persona si lo es y punto, pero todavía hay muchas veces que parece que no se puede ser buena persona siendo mujer si no te gustan los niños y no quieres tener hijos, sino que se entiende directamente que eres egoísta y frívola y quieres gastarte tu tiempo y tu dinero en ti y en salir de fiesta.
Puede que me guste salir de fiesta, pero no creo que se me pueda considerar una mujer frívola, aunque sólo sea porque soy una persona con conciencia política, cultural, social y medioambiental. Los niños no me gustan mucho, sólo para un rato, los bebés menos, no soy capaz de quedarme embobada y babeando viendo a un bebé, qué se le va a hacer, hay personas que tampoco son capaces viendo un cuadro. Por esa y por otras muchas razones no creo que sea buena idea que yo tenga hijos, puedo pasármelo bien estando un rato con algún niño, pero tiene que tener ciertas características, como ser atrevido y aventurero, llorar poco, ser bueno e inocente, y ser inteligente o por lo menos curioso, y aún así sólo sería para un rato. No me veo capaz de educar a una persona, no creo que sólo porque yo quiera tener hijos me deberían de dejar hacerlo, probablemente no sea una buena madre, como muchos otros que hay por el mundo.
No quiero, por supuesto, dejar de trabajar si tengo hijos ni tener que reprocharme el ser una mala madre por no hacerlo, como les ha pasado a tantas y tantas. No quiero que mi hijo pueda ser un niño de los que se rían el resto de los de su clase, o peor aún, que sea de los que se meten con los demás. No quiero que mi hijo tenga que sufrir la estupidez de un buen puñado de humanos que de "todo" saben y de todo hablan, como los que dicen que yo soy egoísta por no querer tener hijos.
No creo que una persona que quiere tener hijos para no estar sola de mayor, que es la razón que más veces he oído, sea menos egoísta que yo, ni la que busca una persona que dependa de ella y la quiera incondicionalmente, ni la que quiere hijos para arreglar una pareja que no tiene ya solución, ni la que simplemente quiere tenerlos porque sí, porque ella quiere, razón más egoísta que ésa no hay, como todas las razones por las que se mueve el mundo, todo lo hacemos porque nosotros queremos, aunque sea para beneficiar a otra persona no es un acto generoso, sino egoísta, porque lo hago porque yo quiero, porque lo prefiero, porque a la larga me reporta más placer, porque me quita complejos de culpa, en resumidas cuentas, porque quiero y porque me interesa. Y eso no me hace peor persona que los demás, porque lo que sí que no hago nunca es nada para fastidiar a nadie a mala leche, para meterme con nadie, para hacerle sentir mal, eso es lo único que me podría hacer buena persona, pero como soy mujer y no quiero tener hijos no tengo derecho a intentar aspirar a eso.
Estoy un poco quemada con mis padres, a veces se lo intento hacer ver y otras paso porque no me quedan esperanzas, hemos tenido ya varias discusiones sobre el tema y creo que, aunque me pillan medio quemada-medio por sorpresa y no me expreso bien, se nota bastante lo que quiero decir.
Estoy harta de discutir cada vez que hablo con ellos, y la mayor parte de las veces por lo mismo, porque no les voy a ver, porque no estoy pendiente de ellos, porque no hago tal o cual cosa, cuando me esfuerzo un montón en esos temas, aunque es cierto que no les voy a ver muy a menudo se lo pongo todo muy fácil cuando vienen ellos aquí o cuando finalmente voy, estoy bastante pendiente, me preocupo por ellos y se lo hago ver, y a mi hermana que pasa de todo, le da igual si ellos están bien o mal, que si vienen ellos ella no está, que si va a verles va en realidad a salir con sus amigas, nunca le digan nada.
Si yo hago bien un cuatrimestre me piden que por qué no hice no sé qué, y además me dicen: a tu hermana sí que se le da bien el inglés, o lo que sea en el momento. Si estoy hablando de mis amigas "tu hermana sí que tiene un grupo de amigas muy majo", aunque no vengan nunca a verla y las mías a mí sí, da igual. Si me acaba de dejar el novio hace dos días "pobre tu hermana, sí que lo pasó mal hace unos meses cuando la dejó el novio, pero bueno, como a ti estas cosas te dan igual..."
Estoy harta de que como no monto dramas y películas a mí las cosas no me afecten, estoy harta de no tomarme a mal las malas contestaciones del resto y luego las mías, aunque no tengan mala intención, se miren todas con lupa, estoy harta de que si alguna vez me quejo de que algo me ha dolido se me conteste que cómo puedo decirle eso a quien esté hablando y hacerle tanto daño.
Estoy harta de que siempre se me exija más y sea lo que sea, hasta en lo más absurdo y falso, mi hermana lo haga todo mejor. Es cierto que hace mejor muchas cosas, evidentemente, pero por ejemplo, que me hablen de lo bien que habla mi hermana idiomas, y de mí no digan nada es, cuanto menos, poco realista.
Estoy cansada de que si propongo cualquier cosa o tengo cualquier plan de futuro vengan a tirármelo por la borda, que si digo algo lo mejor sea lo contrario, que si hago lo contrario que cómo estoy tan tonta de no hacer lo primero.
Estoy harta de que no se valore mi tiempo, mi estudio, mi esfuerzo, mis amistades, mis parejas… pero sobre todo estoy harta de que me siga preocupando por esto y no haya conseguido cambiarlo, porque no veo que se vaya a arreglar todo de repente y no puedo ignorarlo.
Yo siempre he defendido que la gente que dice que todos los tíos son unos cabrones es que o conoce a pocos chicos o sólo se fija en algunos, en los que son unos cabrones. No niego que hay muchos (algunos si los comparamos con la totalidad, pero muchos porque se empeñan en llamar la atención más de lo que deberían) tíos gilipollas, del tipo machito o del tipo chulo/cabrón, los dos son igual de repelentes, pero a mí me pasa eso, me repelen. Por eso siempre digo que soy una afortunada porque me gusta la gente que de verdad me gusta. Suelo estar contenta con mis relaciones y aunque supongo que no serán el plato de gusto para todo el mundo, por ejemplo mis novios suelen ser bastante poco detallistas y de llamar poco, y eso hay gente que no lo soporta, a mí no me molesta, de hecho, siguiendo con el ejemplo, lo prefiero antes que alguien que me llame todos los días, y no quiero hablar de los 4 mensajes al día que son capaces de enviar algunos.
Pero estaba equivocada, lo llevo pensando unos días y creo que no es verdad que me guste la gente que me gusta, sino que eso sólo me pasa con los chicos. No sé si es que soy más exigente, si es que mi madre se pasó ni juventud previniéndome en contra de ellos o qué, pero los escojo mucho mejor que a las chicas. He estado con chicas geniales, pero la verdad es que las que más me han gustado tenían un montón de cosas que no me gustaban. No me refiero a que tengan defectos, todo el mundo los tiene y hay que aprender a vivir con ellos, con los de uno mismo y con los de los demás, me refiero a cosas que sé que me van a hacer sentirme incómoda en una relación así.
Empezando por Ella, que aunque la podría sacar de la lista, supongo que fue la primera de la que me encapriché sabiendo que eso no tenía un buen fin, de todas formas aquí tenía excusa, porque al fin y al cabo había estado enamoradísima de ella, siguiendo con Zaza, que me traía de cabeza hace un año y al final resultó salir rana, y acabando con Raquel, a quien ahora conozco mucho mejor, y tengo que reconocer que, aunque al principio deslumbra con su carácter, ahora creo que engañaba, o que yo me hice ilusiones en vano, porque ahora me parece que es completamente distinta a cuando la empecé a conocer. Vale que ninguna encarna mis más odiados adjetivos (que sí podrían encarnar las del vídeo), pero aún así, pese a que sí pueda ser amigas de ellas, no creo que sea buena idea lo de salir juntas
Así que no me queda más remedio que reconocer mi error y decir que no tengo razón cuando me creo que suelo acertar con las personas, que no soy tan lista como me creía, y que debo de estar "escogiendo" mal.
Hay muchas cosas que me ponen mala, que me hacen cabrearme y estar un rato de mal humor, que afortunadamente no suele durar mucho, pero me da rabia que consigan cambiar mi estado de ánimo y más o menos rápidamente:
- Que pongan un examen de los que no da tiempo a hacer nada. De los que no da tiempo a acabar ya estoy acostumbrada, ésos en los que con suerte, sabiéndotelo bien, contestando sin necesidad de pensarlo porque te lo sabes de memoria, y sin equivocarte en ninguna operación, contestas a dos tercios del examen, pero los que te ponen 3 preguntas de 15 minutos cada una y te dan 15 minutos para contestar las 3 me ponen enferma, ¿por qué no me lo dicen antes de entrar? que me voy a dormir a mi casa y por lo menos es una mañana más productiva... Esta vez no me ha pasado a mí, le ha pasado a un amigo, pero yo ya lo he vivido tantas veces que me cabrea igual.
- Que alguien para quedar conmigo me mande un mensaje, no un mensaje del tipo "quedamos hoy a las 9 en tal sitio? si te parece bien hazme perdida", sino de los que te obligan a contestar, y a que vuelvan a escribir para que tú vuelvas a contestar.. Puedo entenderlo si en ese momento te sale cara la llamada, pero si no es así gastas más dinero y obligas a gastar más que si llamas sólo para preguntar si le apetece quedar y a qué hora puede. Además, que escribir un mensaje que necesita contestación me parece de una mala educación horrible, si quieres hablar con alguien le llamas y si no no, pero no le obligas a que te pague él la información.
Pero todavía llevo peor el que me den plantón pero excusado con un mensaje que se ha enviado 5 minutos antes de la hora a la que se había quedado. Que parece que desde que existen los móviles da igual que hayas quedado que vas a hacer algo, con arrepentirte 5 minutos antes y enviar un mensaje vale, o lo que es peor, con decir al día siguiente, te iba a enviar un mensaje pero no tenía tu número y no localicé a nadie que me lo pudiese dar... esto me lo hicieron una vez y me pareció el colmo, no lo encontró porque yo no tenía móvil y la estuve esperando media hora.
De todas formas es que odio los móviles, nunca quise tener uno, aunque hoy me haya acostumbrado, y todavía odio más los mensajes en general, me parecen útiles para dar una información que no necesita respuesta, tipo darle una nota a alguien, o algo así, pero no mucho más, y además soy lentísima escribiéndolos...
- Salir con alguien que no tenga casa y que (aunque no se crea con derecho) a veces actúe como si mi casa fuese de los dos. Si se quiere ir se va, no le puedo retener, lógico, pero si se quiere quedar se queda, cómo le voy a echar. Si yo quiero quedarme sola tengo que esperar a que le apetezca marcharse, no está bien ponerle de patitas en la calle, esas cosas no se hacen aunque alguna vez lo haya hecho, y no me puedo ir yo a dormir a mi casa porque ¡ésa ya es mi casa!
- Que me digan que con los años quieres más una relación madura, y esto sea sólo un bonito eufemismo para referirse a una relación en duradera y seria en la que no has puesto la más mínima ilusión pero sí una rutina y una pereza increíbles. Que me digan luego que tuvieron una relación maravillosa a los 16, por la que no quieren volver a pasar porque ya no tienen edad para enamorarse así, me descoloca todavía más.
Todas estas cosas me ponen de mal humor, algunas más, algunas menos, y evidentemente cuanto más me afecta más tiempo dedico a pensar en ellas, y seguro que se me olvida alguna...
Edge of broken heart, Vixen (me encanta esta estética, a pesar de las hombreras...)
He estado releyendo el blog, pero no éste sólo, sino también el anterior que tuve, y se me ha hecho muy raro, y más raro se me hace escribir dos post en menos de cuatro horas, y un borrador que publicaré un día de éstos.
Empecé a leer porque tenía ganas de releer algo de mi ex, con el que acabé tan mal y al que no he vuelto a ver, ahora que ya sé que no siento absolutamente nada por él, podría añadir que me da exactamente igual si le vuelvo a ver o no, pero no sería del todo cierto, hace poco estábamos en la misma lista de envío de un mail para quedar y sí que me plantee varias veces la opción de que él finalmente fuese, no me quitaba el sueño, pero tampoco me hacía ilusión, no me importaba, pero no me daba exactamente igual.
Pues he releido prácticamente todo lo que tengo relacionado con él, excepto un mail a por el que iré ahora, y me ha venido bien, ya está, ya se acabó, probablemente desde hace mucho, así que ya no hay nada en que pensar, caso cerrado.
Y me he dado cuenta de otras muchas cosas curiosas, como que antes escribía peor, ya sabía que había perdido mi capacidad de escribir bien, expresar exactamente lo que quería, y emocionar a otras personas que lo puediesen leer, durante la carrera, y sabía que me había venido bien escribir casi todos los días, pero la verdad es que se nota, no sólo lo digo yo... Ahora más que faltas de ortografía cometo algún error de puntuación y se me escapa alguna errata al releer el post recién publicado, pero antes sí que se me escapaba alguna, no muchas, creo que las puedo contar con los dedos de una mano, pero aún así me da mucha rabia, me parece que el estudiar una ingeniería no es excusa para escribir correctamente, aunque sí es cierto que se pierde soltura.
Otra cosa es que me vi mucho más sensible de lo que soy ahora, ahora soy más brusca, ¿me habré insensibilizado? Es que no me parece que el que ahora no escriba algunas cosas personales por haber conocido a gente a través del blog sea razón suficiente para escribir de distinta forma, ¿será un cambio mío?
Y lo que más me ha sorprendido es que no he llorado ni una sola vez releyendo nada, es cierto que todo lo había releído ya alguna vez más, pero otras veces sí me emocionaba, incluso en algunos post se me escapaban algunas lagrimillas, hoy nada de nada, y me doy cuenta de que hace tiempo que no lloro, no me acuerdo de cuándo fué la última vez, creo que puede haber sido alguna lágrima con algún capítulo de anatomía de Grey, pero llorar de verdad... no lo recuerdo, igual en febrero o en marzo, supongo, y tampoco recuerdo nada. La última de la que me acuerdo fue allá por noviembre, en una discusión con mis padres, en una temporada bastante mala con ellos... Bueno, ahora haciendo memoria recuerdo una gran putada que me hicieron en febrero (un profesor) y lloré varias veces por ello, en febrero y creo que en marzo también. Aún así he estado 3 meses sin llorar, me parece imposible.
A lo mejor me estoy insensibilizando, o a lo mejor me impresionan otras cosas, no lo sé. Me da miedo cambiar, pese a que creo que lo más importante en esta vida es aprendr a evolucionar y a sobrevivir para ser feliz, pero me da miedo cambiar demasiado, no reconocerme en cosas anteriores, espero que esto no me pase nunca.
La verdad es que este año ha sido bastante distinto, quitando el problemilla de febrero mi carrera no me ha agobiado tanto como de costumbre, aunque me siga quejando porque es algo que me pesa. Tampoco he sido capaz de abrirme con las personas, algunas veces sí, algunas cosas sí, pero la verdad es que no muchas, me ha costado mucho. Y le he dado muchas vueltas a mi relación con mis padres, muchas más que de costumbre. La mayor parte del tiempo he estado más o menos bien, contenta, pero hasta hace poco no he tenido muchos momentos de esos radiantes, y eso tampoco es tan normal en mí. Bueno, no sé, a lo mejor sí y no me acuerdo, pero no creo que esté olvidando tantas cosas, aunque tampoco me quiero agobiar haciendo estos recuentos que me da por hacer últimamente, que si estoy bien no hay que fastidiarlo.
La verdad es que mi vida ahora mismo podría ser perfecta pero, como todo, no lo es, necesitaría sólo un par de cosas pero la realidad es distinta.
Me encantaría que Manuel no viviese con sus padres, que viviese en un piso compartido, o en lo que fuese, que pudiese dormir donde le diese la gana, últimamente tengo muchas ganas de dormir con él, de irme quedando dormida mientras hablamos tranquilos y nos besamos, pero no puede ser.
La segunda son los exámenes, la verdad es que no estoy demasiado agobiada, estoy demasiado contenta para estarlo, he ido tranquila a todos los que ya he tenido pero ahora empiezan los difíciles, ahora estoy empezando a sentarme delante de los apuntes y quedarme en blanco, a descentrarme, a no querer hacerlo, el paso anterior del querer huir de todo.
Sé que, quiera o no, tengo que ponerme a estudiar, no necesito que nadie me lo diga, por si a alguien le entra la tentación, no lo escribo para buscar consejo, la teoría ya me la sé, lo que me cuesta es la práctica, sigo teniendo pánico a suspender, por lo menos ya no me paraliza, pero me da rabia ver que sigo igual, ver que voy a acabar la carrera sin haber conseguido superar esto, pensar que hay problemas que pueden no solucionarse... Bueno, por lo menos la carrera, aunque no se solucione, se acaba.
Y peor sería mi vida si mi idea de perfección consistiese en estar con Leonor Watling, cosa que no me importaría nada, pero afortunadamente tampoco me importa lo contrario...
No creo en dios padre todopoderoso, la verdad es que no me siento incómoda con el adjetivo agnóstica, ni siquiera con el de deísta, pero prefiero llamarme atea.
Sí creo en Jesucristo, no como su único hijo, o nuestro señor, sino como una persona con mucho carisma y características de líder, como lo pudieron ser Sócrates, Bruce Springsteen, Marx, Juan Pablo II o incluso Hittler. El que naciese de una virgen... permitidme que lo dude, entre otras cosas porque si fuese verdad me daría mucha pena, tener que pasar con un parto y encima ser virgen, ya me jodería.
Creo en la paz interior y en el poder de la meditación y la relajación, si alguien quiere llamarle a eso rezar no es asunto mío.
Creo en la igualdad de las personas y en la igualdad de derechos, entre ellos a una educación igualitaria.
Creo en el feminismo, no entendido como hembrismo, no como un sexismo defendiendo la superioridad de un género frente al otro, sino como la fuerza que ha conseguido muchos de los derechos de la mujer y a la que todavía le quedan unos cuantos por conseguir.
Creo en la política, pese a que soy consciente de que los políticos acaban cayendo fácilmente en los trucos del poder y el dinero fácil. Pero creo en la política, espero ir siempre a votar, y creer en que los cambios son posibles y en que hay gente que trabaja por los derechos de todos.
Creo en la profundidad de los lazos afectivos aunque no lleven sangre común, en el poder de la amistad y en el del amor.
Creo que la persona que se preocupa de hacer daño a los demás es porque es infeliz, porque es insegura o porque es envidiosa, pudiendo ser todas estas cosas a la vez.
Creo que las personas fuertes no lo son tanto, al igual que las débiles tampoco, simplemente les conviene que el resto se lo crea y les ayude hasta que se queden sin sangre.
No creo en el pecado, y mucho menos en el original, pero creo que hay comportamientos autodestructivos, como pueden ser la ira, la envidia o la pereza, como también lo serían el orgullo, la gula o la lujuria llevadas al extremo.
Creo en el refrán “cree el ladrón que todos son de su condición” y me hace desconfiar de la gente el que desconfíen o critiquen a los demás.
Creo en la bisexualidad, así como en la pansexualidad, en la homosexualidad y en la heterosexualidad, aunque a veces estas dos últimas me parezcan sospechosas (ya lo decía Kinsey…)
Creo en la amistad eterna, en el amor a primera vista, en el sexo al primer olor, y en el poder de la mente, amén.
